Durante el encuentro, el guardaparque José Luis Howard lamentó que gente que no habita en el lugar presione para entrar a buscar oro en zonas prohibidas.
Una visita de menos de dos horas al primer punto de control ‘El Bala’, del parque nacional Madidi, bastó para que los visitantes queden encantados con la biodiversidad y la hermosa vista. Los integrantes de los pueblos indígenas, que participaron del recorrido, afirmaron que defenderán ese territorio ante la deforestación y el ingreso de cooperativas mineras de forma ilegal.
“La unidad de los indígenas será fundamental para proteger nuestras reservas naturales, sobre todo el Maddi que está siendo amenazado por la minería ilegal. Tenemos que concientizar a nuestra gente, a los dirigentes que han sido los causantes de esto, no son todos, pero algunos se han dejado comprar por el poder que ha logrado entrar a nuestros territorios”, afirmó Doris Chacón, indígena de la Chiquitania, de Concepción del departamento de Santa Cruz.
En el marco del Pre Foro Social Panamazónico (Pre Fospa) 2023 “Por la vida en la Amazonía, el sábado se llevó a cabo las visitas in situ a seis comunidades indígenas y el Parque Nacional Madidi, con el objetivo de conocer la situación de cada uno de ellos.
Todos puntuales llegaron al puerto de San Buenaventura de donde se tomó una embarcación para llegar al destino prometido, cada uno tiene la capacidad de llevar ocho personas cómodamente para disfrutar del recorrido y del paisaje
El viaje tuvo una duración de más de 45 minutos, al frente solo se divisaban los árboles, las montañas como fieles guardianes de tan impresionante vista, mientras se escuchaba el trinar de las aves y el motor de la embarcación que recorría el río como si fuera un vehículo en una autopista.
Este panorama es único para quienes están acostumbrados al ajetreo de las ciudades capitales, al ruido de los vehículos, al aire contaminado por acústica y ambiental, a la vista de edificios y fachadas de ladrillo.
A los costados se puede observar algunas lanchas estacionadas junto a pequeños senderos que se pierden entre los matorrales, el lanchero dice que es el ingreso a las comunidades que están asentadas por ese sector. Entre ellos San Miguel del Bala, que tiene más de 50 familias la mayor parte compuesta por niños y jóvenes.
A lo lejos se puede una densa neblina que se mezcla con los árboles y las montañas que están a un costado del camino, da la impresión que el camino se hace más angosto y el frío se apoderará de los viajeros que llevan ropa ligera, pero esa sensación desaparece tan solo al divisar el paisaje.
Durante el recorrido, la representante del suyo Jachacarangas del departamento de Oruro, Maritza Choquerios está contenta por realizar el recorrido, es la primera vez que visita el lugar, reflexiona y considera que, si los pueblos indígenas no defienden su territorio ancestral, ellos serán los más afectados por el saqueo de los recursos naturales.
“La vista es impresionante, me gusta este lugar y no conocíamos que teníamos tanta riqueza natural. Ahora tenemos que tener conciencia de que, si permitimos que continúen saqueando nuestro territorio, nosotros seremos los más afectados”, manifestó.
Poco después se divisa un camino rustico que es el principal ingreso al puesto de control del Parque Madidi, denominado ‘El Bala’, situado en el municipio de San Buenaventura de la provincia Abel Iturralde, de La Paz. Un letrero con el mensaje: “Las acciones que tomes hoy con la naturaleza, determinarán el trato que reciban tus hijos mañana”, se da la bienvenida a los visitantes.
Una vivienda que les sirve de oficina y para descansar alberga a tres guardaparques, que salen de descanso cada 20 días. A un costado se encuentra una maqueta a escala que muestra la extensión del parque, entre tanto se puede escuchar el trinar de las aves y los riachuelos que pasan por el lugar, además se siente un aroma muy singular, se trata de los árboles de cedrón.
Un parque bajo presión
El guardaparque Remberto Chihuapuri explicó cada detalle de la reserva natural, señala que tiene una extensión de más de dos millones de hectáreas y que la mayor parte se encuentra en el departamento de La Paz. Existen más de 36 comunidades indígenas que habitan en el lugar, que se encuentran en peligro por la deforestación y le explotación minera.
Además, contó que en los últimos años el área protegida es amenazada constantemente por el ingreso de cooperativas mineras para explotar oro de forma ilegal, quienes amedrentaron a los guardianes cuando estos intentaban desalojarlos.
Durante el encuentro, otro de los guardaparques José Luis Howard lamentó que estas presiones para entrar a buscar oro a zona prohibida sean impulsadas por gente que ya no habita la zona, pero que dice ser del lugar.
Al respecto, el delegado de los campesinos del trópico de Cochabamba David aponte dijo que no se debe permitir que estas empresas ingresen al lugar, para explotar minerales. Consideró que el gobierno debe tomar acciones contra estos o, en todo caso, deben hacerlo los pueblos originarios.
Fuente: ANF