La joven madre deja a un niño de ocho años en la orfandad. Su cuerpo será trasladado a la ciudad de Tarija, donde su familia le dará sepultura cristiana.
Rafael Ramírez Jordán fue condenado a 30 años de prisión luego de admitir su culpabilidad en el asesinato de su expareja Isabel Murillo. La condena fue dictada como resultado de un procedimiento abreviado en el cual Ramírez aceptó la pena impuesta.
El fiscal asignado al caso, Daniel Ortuño, declaró: «Él reconoció la comisión del hecho y aceptó la pena. Quería retomar la relación, pero la víctima se negaba a volver con él».
El hombre cumplirá su sentencia en el penal de máxima seguridad de Palmasola y a su salida del juzgado fue golpeado por familiares de la víctima.
Cabe destacar que Ramírez ya tenía antecedentes penales por un caso de intento de feminicidio registrado en abril de este mismo año. A pesar de existir una orden de aprehensión en su contra, esta no fue ejecutada, lo que ha generado críticas por parte de los familiares de la víctima, quienes consideran que este terrible suceso podría haberse evitado.
El fatal desenlace ocurrió en el cuarto que Rafael y Isabel alquilaban en el barrio La Morita, zona sur de la capital cruceña. El fin de semana, Isabel fue encontrada sin vida y presentaba signos evidentes de violencia. Como resultado de este feminicidio, un niño de 8 años ha quedado en la orfandad.
El cuerpo de la víctima será trasladado a Tarija, su lugar de origen, para recibir un digno sepelio. La madre de Isabel expresó su dolor y frustración diciendo: «Ese niño nunca volverá a ver a su madre. Mi hija tenía que viajar allá (Tarija) y ahora (vine yo a) llevarla muerta».
La autopsia realizada confirmó que Isabel murió a causa de asfixia mecánica por estrangulamiento.