El precio de la hoja de coca en Bolivia baja por incremento de cultivos y la “venta libre”

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El aumento de los cultivos de la hoja de coca y la “venta libre” han incidido en la disminución del precio en Bolivia al punto que los productores en las zonas legales se quejan de que sus ingresos apenas cubren su alimentación y muchos han pasado a trabajar en la minería aurífera.

Hace unos tres años, el precio del “taque” de coca, un paquete comprimido de unas 50 libras, era de al menos unos 2.500 bolivianos (260 dólares o 238 euros), ahora cuesta en promedio unos 1.500 bolivianos (215 dólares o 197 euros), indicó Cornejo.

El gerente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), Edwin Cornejo, explicó a EFE que antes “el socio-productor (con la venta de coca) tenía para pagar sus cuentas en los bancos, para inscribir a sus hijos en la universidad, (pero) en la actualidad ya no da (no alcanza)”.

Adepcoca aglutina a unos 40.000 afiliados cocaleros de la zona de Los Yungas en el departamento de La Paz, una de las dos regiones bolivianas junto al trópico de Cochabamba que están reconocidas por la ley para el comercio de la planta.

El uso de las hojas de coca en el país está orientado a la medicina, los rituales y principalmente al “acullico” o masticado como un suplemento alimenticio que mitiga el hambre y el cansancio.

PLANTACIÓN Y COMERCIALIZACIÓN

Un cultivo de la hoja de coca en Los Yungas está listo para la cosecha a los tres meses, con lo que se consigue un producto “con calidad nutricional, color y tamaño característico”, dijo a EFE el dirigente cocalero Roly Aguilar.

Las plantaciones están en las quebradas de los cerros, en terrenos oblicuos, en donde previamente se han extraído la hierba y las piedras para luego formar una especie de graderías en las que se habilitan los surcos para la siembra del arbusto.

La producción de coca incluye, después de la cosecha, el secado al sol, la selección según el tamaño y el color uniforme de las hojas, que finalmente define su calidad y costo.

Aguilar mencionó que desde hace unos años hay una exigencia “estética” del consumidor, por lo que la libra de hojas pequeñas vale unos 20 bolivianos (casi 3 dólares o 2,7 euros), pero que si son grandes y “sin manchas” ese valor se duplica.

Susana Nina, cocalera hace más de 30 años, contó a EFE que ahora los consumidores quieren un producto “especial” y que incluso tocan y huelen las láminas antes de comprarlas.

Ella se quejó porque la venta ya no es buena y cree que solo con la erradicación de plantaciones excedentarias “va a mejorar (el precio de) la coca”.

Además, mencionó que el trabajo en las plantaciones de coca cada vez “es más difícil” ya que el dinero “no alcanza” ni para alimentarse bien.

CAUSAS DEL BAJÓN

El cocalero Erlin Pari consideró que la ley que desde 2017 amplió la superficie de los cultivos legales de 12.000 a 22.000 hectáreas, “la entrada (a Bolivia) de la coca peruana” y la plantación “excedentaria”, incluso, “en los parques nacionales” son las causas del descenso del precio.

Pari indicó que muchos cocaleros han dejado esa actividad y ahora trabajan en las varias minas auríferas artesanales instaladas en los lechos de los ríos en Los Yungas.

En noviembre del año pasado, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) en su informe anual indicó que los cultivos de hoja de coca en Bolivia aumentaron de 29.400 hectáreas en 2020 a 30.500 hectáreas en 2021.

Para el gerente de Adepcoca, la autorización del Gobierno para el funcionamiento de algunos “mercados informales” lo que ha aumentado la “venta libre” de la hoja de coca también ha complicado la situación de los productores tradicionales.

Un estudio de Adepcoca para sus afiliados estableció que el “costo de producción” de una libra de hoja de coca es de 19,74 bolivianos (2,8 dólares o 2,5 euros), el mínimo para que sus socios recuperen la inversión.

Cornejo explicó que sobre esa base los productores pueden definir un “margen de utilidad”, pero que en muchos casos la ganancia es mínima y solo cubre lo necesario.


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