Una crisis de desgaste. Un almacenamiento limitado para fragmentar aún mas las divisiones entre los Veintisiete. El oscuro escenario energético tras la flácida reapertura del gasoducto Nord Stream 1
Un invierno con gas insuficiente. Un almacenamiento que retorna a paso de tortuga. Una lenta asfixia, el plan del presidente ruso para someter a los europeos. Vladimir Putin retomó esta mañana el envío de suministro desde el Nord Stream 1, pero desde el cierre reabrirá el grifo con un caudal miserable.
El gasoducto que une a Rusia con Alemania reanudó el servicio el jueves después de diez días de mantenimiento, dijo a AFP la empresa homónima que administra el equipo. “Funciona”, dijo un portavoz de la empresa Nord Stream, sin especificar la cantidad de gas en tránsito. Los datos reales se conocerán más tarde.
Según los datos transmitidos por Gazprom a Gascade, el operador de red alemán, el gasoducto debería entregar 530 GWh durante el día. Está solo al “30%” de su capacidad, apuntó en Twitter el presidente de la Agencia Alemana de Redes, Klaus Müller.
El nuevo amedrentamiento, el relato de que cumple sus compromiso pero con una tubería flácida. La estrategia del dueño del Kremlin, después del cierre por mantenimiento del gasoducto, es retomar con envíos limitados. Así surge de los datos preliminares del operador transportador de red Gascade, que estima que sólo entregará el 40 por ciento de su capacidad. A las pruebas hay que remitirse: Gazprom ha reducido sus exportaciones en un 60 por ciento desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.
Putin lo sabe. Este nivel, por debajo de las expectativas, hundirá a varios países europeos, en especial Alemania, provocando una inestabilidad profunda debido a las asimetrías de dependencia entre los socios. El escenario es imprevisible en los próximos meses.
El plan de ahorro energético de la Comisión Europea, que acaba de ser presentado, amenaza con cortes, por ahora “solidarios”, pero que ya provocan tensiones entre los Veintisiete. Un esfuerzo colectivo voluntario, desde el 1 de agosto, pero que podría ser coercitivo. Un espíritu colaboracionista que no es una hoja de aceptada por todos.
La especificidad, para España o Portugal, países “oasis” energéticos continentales, podría corroer el compromiso para una reducción del consumo de gas de un 15% de aquí a primavera de 2023, para llegar a un nivel de reservas general que evite la emergencia en el sistema.
El gobierno de Pedro Sánchez es el primero en haber rechazado la propuesta de Bruselas. “A diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético”, ha afirmado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
En Alemania, el jueves pasado, los jefes federales mantuvieron una cumbre secreta para discutir el tema principal de la crisis del gas, según informó el diario Bild. Fue en ese encuentro donde surgió el numero 40, un porcentaje de recarga que no permitirían llegar al invierno con los dispositivos preparados. No habrá emergencia, pero no se pueden evitar escenarios de fallas masivas.
La vulnerabilidad de Alemania pone en jaque a todo el proyecto europeo. El gobierno federal está tomando contramedidas y marcando el rumbo para reemplazar las centrales eléctricas a gas por centrales eléctricas a carbón. En la reunión, el gobierno ya asumió que Rusia no reiniciaría completamente las entregas e inventaría nuevas “excusas” para esto.
Una entrega a baja presión. Mientras, el invasor de Ucrania, Vladimir Putin mostró en la cumbre en Irán con el presidente mulá Ebrahim Raisi y el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, hasta donde llegaría su amenaza de dejar a los europeos congelados durante el invierno. El pretexto es, la turbina Siemens desaparecida, que habría llegado de Canadá, pais que hizo la reparación, pero ahora no se sabe si servirá como repuesto. ¿Las sanciones occidentales impedirán su uso? Las versiones dicen que esta parte del gasoducto ya esta en Alemania.
Además Putin agregó a su chantaje: “Todavía tenemos una ruta terminada, esa es Nord Stream 2. Podemos ponerla en funcionamiento”. El mensaje para que se apruebe el oleoducto que el canciller federal Olaf Scholz suspendió el 22 de febrero, dos días antes de la invasión del Kremlin a Ucrania. Si funcionara, no habría escasez.
Ya el fluido corría con menos capacidad. Los suministro fueron reducidos a la austriaca OMV (caída del 70% de los volúmenes en la terminal de Baumgarten), la italiana ENI, en Alemania y Francia. En abril y mayo, Rusia ya había rescindido contratos con empresas búlgaras, danesas, búlgaras, griegas, holandesas y polacas.
Como resultado, las exportaciones de Gazprom a Europa alcanzaron un máximo de 4.700 millones de metros cúbicos en junio, según cálculos de Thierry Bros, investigador de Sciences Po y consultor especializado en el sector energético.
La proporción de entregas de gas ruso en Alemania a fines de junio todavía era del 26 por ciento. Según el Informe de Seguridad Energética, una participación del 30 por ciento de los suministros para fin de año es realista. Mientras, en Francia, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, había lanzado un llamado a “ponerse rápidamente en orden de batalla”, para contrarrestar la posibilidad de un recorte prolongado.
Todo este esquema podría ser distinto a partir de hoy, con un baja sobre los metros cúbicos actuales. Ya un nivel históricamente bajo, que sitúa a Europa ante un riesgo de ruptura generalizada.
Por ahora la caída de entregas se visibilizan en cada tubería. En el caso de, Arroyo del Norte, esta debatido como operará. Con la puesta a punto, que acaba hoy, la decisión de reducir los flujos en alrededor de un 60% es la mas alta posibilidad.
TurkStream. Este oleoducto está operando como de costumbre. La disminución observada, en tiempos de reparación, retomo los caudales habituales luego de finalización de la obra. Se especula que el Nord Stream reproduzca el mismo patrón. Por otra parte, la red ucraniana, sufre las consecuencias de la invasión. Con flujos débiles por debajo de los valores históricos. Ucrania rechaza los caudales en la estación de Soudha, porque a partir de ahora le es imposible controlar la estación de compresión de gas de Novopskov, en la zona de Lugansk pasada bajo control ruso. El gobierno de Volodimir Zelensky ha ofrecido a retomar las transmisiones relevantes en la estación Sokhranovka, pero Gazprom rechaza esta posibilidad.
Otro caso es el de Yama, que pasa por territorio del aliado bielorruso, Alexander Lukashenko. Rusia simplemente cerró el paso después de su decisión de no entregar más gas a Polonia. Como resultado, los flujos han estado cortados desde mayo, siendo Alemania quien ofrece fluido desde sus estaciones.
El panorama ha acelerado las importaciones de la Unión Europea del gas de Noruega y Argelia. Tambien de gas natural licuado (GNL), algo mas dificultoso por las limitaciones de terminales regasificadoras pero se ven obstaculizadas por el número limitado de unidades capaces de recibirlas.
Con todos estos problemas es improbable reforzar los tanques y llegar a un nivel adecuada para arrancar el periodo invernal. Lejos de lograr el objetivo del 80% de llenado el 1 de noviembre, fijado para los Estados miembros por las recientes normas europeas .
“El pasado mes de febrero calculé que Rusia necesitaría unos 4.000 millones de metros cúbicos al mes para mantener a Europa a flote mientras evita que se abastezca “, explica Thierry Bros, y reproduce FranceInfo. Según el experto: “Ahora estamos en 3.800 millones”.