Al menos 11 personas murieron y otras 15 están desaparecidas como consecuencia de un ciclón extratropical que en los últimos días ha causado graves estragos en el sur de Brasil, informaron este sábado fuentes oficiales.
Unas 3.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus casas en alrededor de 40 municipios del estado de Rio Grande do Sul, donde se han reportado la mayor parte de los daños, de acuerdo con Defensa Civil.
El paso del ciclón por la costa de esta región fronteriza con Argentina y Uruguay ha dejado un rastro de destrucción, provocando corrimientos de tierra, inundaciones, cortes de luz en miles de hogares y la caída de algunos puentes, lo que está dificultando las labores de los equipos de rescate.
Las víctimas mortales fueron reportadas en los municipios de Maquiné (3), Sao Leopoldo (2), Novo Hamburgo, Caraá, Bom Princípio, Sao Sebastiao do Caí, Esteio y Gravataí (1), en Rio Grande do Sul, según el último boletín de la Defensa Civil.
También se investiga si el naufragio de un barco pesquero con ocho tripulantes a bordo ocurrido la noche del viernes en el vecino estado de Santa Catarina está relacionado con el intenso temporal que atraviesa la región sur de Brasil.
La Marina realiza búsquedas en la zona por esos ocho tripulantes, sin que hasta el momento haya confirmado algún óbito.
Una de las localidades más golpeadas es Caraá, donde hasta el momento se ha registrado un fallecido y la mayor parte de los desaparecidos, según informó el gobernador de Rio do Grande do Sul, Eduardo Leite, en una comparecencia ante los medios de comunicación.
Leite señaló que la prioridad ahora es «rescatar a las personas que se han quedado aisladas» en las zonas inundadas y localizar a los desaparecidos.
«Nuestros primeros esfuerzos son las vidas humanas», indicó desde Sao Leopoldo, otra de las ciudades golpeadas por el ciclón, en compañía de los ministros Paulo Pimenta, de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia; y Antônio Waldez Góes, de Integración y Desarrollo Regional.
Ambos ministros sobrevolaron las regiones más azotadas por el temporal y ratificaron el compromiso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en prestar «todo el apoyo» y «dar una respuesta rápida» a los municipios afectados.
Waldez Góes declaró que primero darán «ayuda humanitaria» y después se centrarán en la liberación de recursos para «reconstruir» los destrozos ocasionados por el ciclón.
«La movilización precisa ser permanente», señaló el ministro, quien también alertó sobre el alto número de personas que aún viven en zonas consideradas de riesgo ante posibles eventos climáticos extremos.