Son brasileñas y se sometieron a la operación de reasignación sexual tras pasar una infancia difícil por los prejuicios y la discriminación.
Dos hermanas brasileñas de 21 años, Mayla y Sofía, son las primeras gemelas en hacerse juntas la cirugía de reasignación sexual en todo el mundo. Al mismo también, también son las dos personas más jóvenes de Brasil en atravesar dicho procedimiento.
El recorrido que atravesaron juntas quedó registrado en el documental Gemelas transgénero, una serie de seis episodios disponible en HBO Max que se estrenó en el mes del Orgullo LGBTQ+ y muestra los desafíos que se les presentaron a ambas a la hora de encarar su nueva vida.
Las hermanas se sometieron en 2021, cuando tenían 19 años, a la operación de reasignación sexual en una clínica de la ciudad de Blumenau, en el estado brasileño de Santa Catarina. Desde el primer momento el proceso no fue fácil de afrontar, al contrario, su abuelo vendió su casa para ayudarlas a pagar la cirugía que costaba 20.000 dólares.
Actualmente, Mayla vive en Buenos Aires y estudia medicina, mientras que su hermana Sofía vive en Franca, estado de San Pablo, y es estudiante de ingeniería. En la serie documental sobre su historia se puede ver el reencuentro entre ambas, como así también su forma de enfrentarse al día a día y a la sociedad.
Según relataron las jóvenes en diálogo con Clarín, la vida de las dos fue marcada por el bullying y los prejuicios desde pequeñas y se les hizo difícil transitar por ámbitos donde, al contrario, esperaban hallar empatía y tranquilidad, como en el colegio. En este sentido, las jóvenes afirman que haber estado juntas fue su «salvación».
Las gemelas coincidieron en que su infancia «fue muy difícil» y que en muchas ocasiones de encontraron con «adultos de mentalidad muy cerrada, con preconceptos» que dificultaron el complejo camino que estaban atravesando. Incluso, recuerdan su paso por la escuela como una etapa ligada al acoso y la discriminación.
«Una maestra dijo que deberíamos tener un baño separado por ser mujeres trans», recordó Sofía con respecto a la falta de perspectiva de género y diversidad en el cuerpo docente.
Por el otro lado, la familia de las hermanas las apoyó desde un primer momento y ambas destacan el rol clave de su madre. «Mi mamá tenía miedo, no por cómo nosotras fuéramos, sino por cómo la sociedad actuara frente a lo que somos», señaló Mayla.
«El miedo principal es que Brasil es el país donde más matan a personas trans, donde la expectativa de vida para nosotras es de 35 años, y todo eso no es por una enfermedad, sino por el simple hecho de ser quienes somos. Es muy triste», añadió la joven.
En este sentido, siempre destacando el vínculo con su familia, las hermanas relataron lo duro que fue el inicio del camino: «Cuando descubrimos todo fue muy difícil para ellos. Hoy es muy difícil ser quienes somos, pero once años atrás era más difícil aún. Les tuvimos que dar tiempo, pero siempre nos apoyaron».
«Yo siempre digo en las entrevistas que la familia tiene que apoyar a sus hijos, porque todas nosotras intentamos el suicidio una vez en la vida«, enfatizó una de las chicas insistiendo en la importancia del apoyo de parte de los seres queridos y el círculo cercano.
«Desde los cuatro años mi mamá sabía que yo me identificaba con otras cosas», reconoció luego Mayla y reveló que, al principio, sus padres pensaron que su hermana la estaba imitando, pero ella sabía que no era así. «Siempre dice que fue un alivio cuando yo me descubrí y charlé con ella», señaló sobre su relación con Sofía.
En esta misma línea, la joven radicada en Argentina sostuvo: «Fue muy complicado, pero todo lo pude pasar porque estuve con mi hermana y por el apoyo de mi familia. Nosotras, cuando éramos chicas, no buscábamos en Google, aprendíamos juntas una con la otra«.
«Lo que yo aprendía, se lo enseñaba a ella. Y lo que ella aprendía me lo enseñaba a mí. Cuando sufrimos prejuicios en la escuela siempre nos teníamos una a la otra, teníamos con quien contar, con quien charlar. Yo no sé cómo hubiese pasado por todo eso si no estaba ella», amplió sobre el proceso que afrontaron juntas.
Si bien hoy las gemelas están a un país de distancia, Mayla, la joven que estudia medicina en la Ciudad de Buenos Aires, celebra la libertad con la que puede vivir en el país. «En Brasil es más difícil la aceptación. Acá hay mucho más respeto. Saben quién soy y no les importa eso», señaló.
«Es un país hermoso, amo vivir acá», destacó la hermana que se mudó con el objetivo de formarse en la medicina pero que decidió quedarse en el país por motivos personales que van más allá de su vocación.
Finalmente, sobre los desafíos que ella y su gemela enfrentan diariamente, concluyó: «Mi abuela nos enseñó que las almas no tienen género. Sofía me enseñó que cuando Dios nos juzgue será por lo que escribimos en el libro de nuestra vida y no por lo que hicimos con nuestro cuerpo. Estoy acá para amar, para respetar y para hacer el bien al prójimo».
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