Le faltaban dos meses para convertirse en mamá, confrontó a su pareja al enterarse que su amante también estaba esperando un bebé
Un terrible crimen ha conmocionado a Italia, nuevamente la violencia de género se ha hecho presente terminando con la vida de una mujer, quien tenía siete meses de embarazo. Su victimario fue su novio y padre de su futuro hijo, que al verse descubierto (pues le fue infiel a la joven) arrancó dos vidas de manera violenta. Además, para borrar su crimen, trató de quemar el cuerpo de su pareja sentimental.
Giulia Tramontano es el nombre de la víctima, tenía 29 años y estaba a dos meses de convertirse en mamá; descubrió que su novio -un hombre identificado como Alessandro Impagnatiello, de 30 años, que trabajaba como barman– tenía una relación con una mujer estadounidense que trabajaba en el mismo bar, que también estaba embarazada, por lo que lo confrontó y se citó con la amante del sujeto.
Después de la pelea por descubrir la doble vida que su novio llevaba, el sujetó la asesinó de dos puñaladas, para borrar el crimen intentó quemar dos veces el cuerpo de la joven rociándolo con alcohol y gasolina, pero al no lograrlo lo envolvió en cobijas y lo embolsó. Después lo abandonó en la cavidad de un edificio.
Para no levantar sospechas, él mismo denunció la desaparición de Giulia, dijo a la policía que aquel viernes 26 de mayo salió a trabajar y que al volver a su casa ya no estaba su pareja, agregó que faltaban el pasaporte de Tramontano, un bolso y 400 euros en efectivo.
Además, para que pareciera que se trataba de una ausencia voluntaria, envió unos mensajes a la madre y a una amiga de Giulia el sábado por la noche, en los que ella supuestamente decía que estaba muy alterada porque acababa de pelear con Impagnatiello, por lo que ya se iba a la cama.
Investigación y sospechas
La familia de la joven -que era agente de bienes raíces- también pidió que se investigara la desaparición, pues no era normal que se fuera a dos meses de tener a su bebé. Las diligencias comenzaron en el edificio que la pareja compartía en la localidad de Senago. Allí los agentes vieron manchas de sangre en las escaleras.
Mientras las investigaciones avanzaban, Alessandro caía en contradicciones y pasó de ser el dolido hombre abandonado al principal sospechoso de lo que parecía un crimen, pero no había un cuerpo para asegurarlo. Ante tantos cuestionamientos, el hombre confesó el crimen, dijo que la mató, arrastró por las escaleras y subió a su coche para deshacerse del cuerpo.
Él mismo les dijo dónde lo había ocultado, así lograron encontrar a la joven embarazada. Como parte de las pesquisas, entrevistaron a la amante, ella reveló que el mismo viernes el hombre la buscó y le dijo que por fin era libre, asegurándole que se había ido y que el hijo que esperaba no era de él.
Fue detenido y está acusado de homicidio voluntario con agravantes, interrupción no consentida del embarazo y de ocultar un cadáver. Se encuentra preso en la cárcel milanesa de San Vittore.