La restricción de oxígeno continua, equivalente a lo que significaría vivir a unos 5.000 metros de altitud, se asocia a una mayor longevidad en ratones de laboratorio, lo que pone de relieve su posible potencial antienvejecimiento, según un estudio publicado en la revista Plos Biology.
El trabajo está liderado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (Boston, Estados Unidos); esto ya se había comprobado en levaduras, gusanos y moscas, pero es la primera vez que se demuestra en mamíferos.
La revista recuerda en un comunicado que las investigaciones para prolongar la esperanza de vida han identificado una serie de compuestos químicos y otras intervenciones con efectos prometedores en mamíferos de laboratorio, como la metformina o la restricción dietética.
La reducción de oxígeno también se ha relacionado con una mayor esperanza de vida en levaduras, nematodos y moscas de la fruta, pero se desconocían sus efectos en mamíferos.
Para explorar su potencial, Robert Rogers y su equipo llevaron a cabo experimentos con ratones criados para envejecer más rápidamente que otros ratones, al tiempo que mostraban signos clásicos de envejecimiento mamífero en todo su cuerpo.
Compararon la esperanza de vida de ratones que vivían con niveles normales de oxígeno atmosférico (alrededor del 21 por ciento) con la de ratones que, a las 4 semanas de vida, habían sido trasladados a un entorno con una proporción menor de oxígeno (11 por ciento, similar a lo que se experimenta a una altitud de 5.000 metros).
Descubrieron que los ratones en el entorno con restricción de oxígeno vivían aproximadamente un 50 por ciento más que los ratones con niveles normales de oxígeno, con una vida media de 23,6 semanas frente a 15,7 semanas.
Los ratones a los que se les restringió el oxígeno también sufrieron un retraso en la aparición de los déficits neurológicos asociados al envejecimiento.
Estos resultados respaldan el potencial antienvejecimiento de la restricción de oxígeno en mamíferos, incluidos quizá los humanos. No obstante, serán necesarias más investigaciones para aclarar sus posibles beneficios, además de para determinar los mecanismos moleculares por los que actúa.
“Descubrimos que la hipoxia crónica continua (11% de oxígeno, equivalente a lo que se experimentaría en el campamento base del Everest) alarga la vida en un 50 por ciento y retrasa la aparición de debilidad neurológica en un modelo de envejecimiento en ratones”, resume Rogers.
Aunque la restricción calórica es la intervención más eficaz y estudiada para aumentar la esperanza de vida y la salud, es la primera vez que se demuestra que la restricción de oxígeno es beneficiosa en un modelo de envejecimiento en mamíferos, añade el investigador.
Cayetano von Kobbe, científico del CSIC e investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, opina que este estudio es una prueba de concepto “muy interesante” sobre el efecto de bajos niveles de oxígeno en la longevidad de ratones.
Sin embargo, el modelo murino de envejecimiento prematuro empleado es muy específico (mutación de un gen implicado en la reparación del ADN), lo que limita las conclusiones, dice este investigador, que no firma el trabajo.
“Lo ideal sería compararlo con el efecto de bajos niveles de oxígeno en ratones normales, aunque eso implicaría ensayos de más de dos años de duración y no de seis meses, como los del presente estudio”, señala a Science Media Centre España.
Los resultados “son difícilmente extrapolables a las personas, primero por las diferencias obvias entre ratones y humanos, pero más si cabe, por el hecho de utilizar un modelo de ratón con una mutación muy específica”.