Expertos advierten que unos 200 millones de personas en las regiones pobres se verán expuestas a un calor insoportable y unos 500 millones a la catastrófica subida de las aguas por el calentamiento global.
Limitar el calentamiento del planeta a +1,5° C permitirá frenar el cambio climático, pero no el sufrimiento de los países en vías de desarrollo, advirtió el miércoles un equipo de 50 investigadores.
Unos 200 millones de personas en las regiones pobres se verán expuestas a un calor insoportable, y unos 500 millones a la catastrófica subida de las aguas, incluso si el mundo llegara a respetar ese aumento de 1,5 ºC de la temperatura media del planeta (respecto a la Revolución Industrial), indicaron esos expertos en un estudio publicado en Nature.
Ese escenario es considerado en la actualidad como optimista, puesto que las emisiones de gas de efecto invernadero se mantienen en niveles récord.
Los climatólogos de la ONU estiman que las políticas actuales conducen al planeta a un calentamiento de 2,7° C de aquí a finales de siglo.
La temperatura media en la superficie del planeta ya aumentó en cerca de 1,2° C desde la era preindustrial, lo que ya es excesivo, según los autores de este estudio.
La humanidad flanqueó seis de nueve líneas
Para evitar que millones de personas se vean expuestas a «perjuicios importantes (…), el límite justo debe ser fijado en 1° C o menos» y la concentración atmosférica de CO2 -actualmente de 420 partes por millón (ppm)- debe ser reducida a 350 ppm» considera los científicos.
«Nos hallamos en el Antropoceno, lo que pone en peligro la estabilidad y la resiliencia de todo el planeta», declaró Johan Rockström, autor principal del estudio, en alusión a la nueva época geológica marcada por el impacto del ser humano en el planeta.
Para Johan Rockström la Humanidad ya ha franqueado seis de las nueve líneas rojas que afectan a la salud del planeta: el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero, la aceleración de la extinción de especies, el exceso de azote y fósforo en la atmósfera (a causa principalmente de los abonos) la deforestación, el exceso de uso del agua potable y la omnipresencia de productos químicos sintéticos.
Los autores del estudio pertenecen a la Global Commons Alliance, una coalición de más de 70 centros de investigación.