Esta preocupante situación fue confirmada por el director de Fancesa, Roberto Aracena Rasguido.
Dentro de las subsidiarias de Fancesa, Concretec destaca como la empresa que ha registrado las mayores pérdidas. No obstante, Aracena señaló que Concretec aún posee un potencial significativo debido a la creciente demanda de prefabricados por parte de la industria de la construcción.
A pesar de los desafíos financieros, Fancesa se mantiene como la única fábrica de cemento que informa ganancias, alcanzando aproximadamente 10 millones de bolivianos. El déficit económico puede atribuirse a diversos factores, entre ellos la intensa competencia en el sector, el surgimiento de nuevas fábricas que han generado una mayor competencia, la reciente inversión de alrededor de 222 millones de dólares en una nueva línea de producción, prácticas financieras dudosas en Concretec en años anteriores, altos salarios de los empleados, la presencia de personal excedente en las subsidiarias y la falta de una reestructuración anunciada en la factoría.
“Debemos tomar un giro en nuestra estrategia; de lo contrario, la situación no cambiará”, expresó Aracena, enfatizando la necesidad de implementar medidas para revertir la coyuntura actual.
Es importante destacar que en 2021 – 2022, las autoridades informaron un déficit de 16 millones de bolivianos en Fancesa, atribuyéndolo a la crisis que atraviesan las subsidiarias ISSA Concretec, Sucremet y Sermisud. Esta fue la primera pérdida reportada en los más de 50 años de historia de la industria.
La situación financiera de Fancesa ha generado preocupación entre los habitantes de Chuquisaca, quienes esperan que se tomen acciones inmediatas para enfrentar los desafíos y garantizar la estabilidad y rentabilidad de la empresa en el futuro.
Las instituciones copropietarias coinciden en que la reestructuración y la implementación de estrategias sólidas se vuelven fundamentales para superar esta crisis y mantener a la fábrica como un pilar importante de la economía regional.