Las fincas Esther Ortiz y Los Cipreses, con sus hermosos paisajes, enormes viñedos y montañas, están ahora disponibles para los visitantes nacionales y extranjeros.

Tarija se consolidó como una de las principales zonas vitivinícolas, no solo en Bolivia, también a nivel internacional, contribuyendo así al crecimiento y desarrollo de la economía regional.

En este contexto, Campos de Solana, por ejemplo, potenció la “ruta del vino” dentro de sus fincas para que las personas puedan vivir una experiencia inolvidable, ya que podrán visitar, conocer, degustar y aprender acerca del proceso de fabricación de vinos de alta calidad, además de que podrán apreciar el hermoso paisaje en el que se encuentran los viñedos, dijo Mauricio Kolle, Brand Manager de Campos de Solana, El ejecutivo informó que están fomentando el enoturismo (turismo enfocado en las zonas de producción vitivinícola), con el objetivo de generar impactos económicos para el país.

Las llamas le dan un encanto particular a los inmensos viñedos tarijeños.
Las llamas le dan un encanto particular a los inmensos viñedos tarijeños. Foto. campos de solana

De igual forma, agregó que las instalaciones de la empresa están disponibles para atender eventos familiares, de amigos y corporativos, para ello cuentan con un ‘food truck’ denominado “La Tasca”, donde los visitantes podrán conocer un mundo de sabores y aromas en cuanto a comida y vino se refiere, dijo Kolle, citado en un reporte de la empresa.

Los nuevos establecimientos que se pueden visitar son la “Finca Esther Ortiz”, a orillas del río Santa Ana, se trata de la parcela de mayor altitud de Campos de Solana, además que cuenta con cinco hermosas llamitas que contribuyen al manejo sustentable de los viñedos y las tierras.

Los visitantes podrán recorrer un bosque de Ulalas (cactus) y aprenderán sobre lombricultura, que es otra práctica de sustentabilidad que la bodega lleva a cabo.

La segunda Finca es “Los Cipreses”, en el Valle de Santa Ana, donde el equipo agronómico desarrolla las cepas del futuro (Jardín de Experimentación). Se trata de un lugar paradisiaco con más de 100 hectáreas de viñedos al pie de las serranías y cuenta con una gran hilera de cipreses.

“El turismo de vino es el eje de muchos intercambios comerciales y genera en las regiones un impulso económico. Nuestro sueño es levantar el nombre del vino boliviano en el mundo y una manera de lograrlo es abrir las puertas de Campos de Solana, para que las personas vivan una experiencia única que articula de manera perfecta la naturaleza, paisajes, cultura, gastronomía y para que degusten los vinos más premiados de Bolivia”, afirmó Kolle.

Los horarios de visitas a las fincas son de jueves a lunes de 8.30 a 16.30 horas y el contacto para las reservaciones es 69300068.

Kolle explicó que los viñedos de Campos de Solana están a más de 1.850 m.s.n.m. siendo una de las regiones vitivinícolas más altas del mundo, por lo que las vides reciben más sol que en lugares de cultivos tradicionales, haciendo que los frutos tengan mayor sabor, color y aroma, lo que permite la elaboración de vinos con identidad propia.

También afirmó que la bodega está permanentemente probando, desafiando y creando para revolucionar la vitivinicultura boliviana, desde el suelo hasta la elaboración de cada botella. “Campos de Solana se caracteriza por su innovación y creatividad, además que la empresa trabaja con un enfoque de sostenibilidad. Este compromiso con el medioambiente ha permitido que la bodega incorpore prácticas ecológicas como la lombricultura y el pastoreo con llamas, para asegurar un proceso amigable dentro todo el ciclo productivo, a través de abono orgánico, el control de plagas y la poda natural”, añadió.

La empresa cuenta con dos certificaciones de Calidad.

Vista del hermoso panorama que ofrecen los viñedos en Tarija.