La «Ciudad Cacao» y un paseo por la historia del chocolate en una exposición en Bolivia

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«La Casa de los Besos» es una iniciativa del boliviano Carlos Gerl junto a Chocolates Cóndor, una de las industrias chocolateras más tradicionales de La Paz, y lleva ese nombre evocando a uno de los productos emblemáticos de esa fábrica que son los bombones llamados «besos de negro».

Una «Ciudad Cacao» con casas, vehículos y carruseles de chocolate y un breve recorrido con objetos antiguos, curiosidades y anécdotas sobre la relevancia de ese alimento en la historia son la oferta de «La Casa de los Besos» que abrirá sus puertas dentro de la «Larga Noche de Museos» prevista para este sábado en La Paz.

«La Casa de los Besos» es una iniciativa del boliviano Carlos Gerl junto a Chocolates Cóndor, una de las industrias chocolateras más tradicionales de La Paz, y lleva ese nombre evocando a uno de los productos emblemáticos de esa fábrica que son los bombones llamados «besos de negro».

«Es un breve recorrido por la historia del chocolate», comentó a EFE Gerl, psicólogo de profesión y gerente regional de Chocolates Cóndor en Cochabamba.

La exposición, montada en una casa en el barrio de Bajo Següencoma, en el sur de La Paz, tiene diversos objetivos, uno de ellos «que se sepa y se visibilice que el departamento de La Paz es el primer productor de cacao a nivel nacional», con el 80 % de la producción del país, explicó.

También es un reconocimiento a los llamados «guardianes de los bosques», los recolectores de cacao silvestre «que trabajan muy duro» en las zonas amazónicas bolivianas, como el norte de La Paz, desde donde viajan por varios días, incluso en canoa, para llevar el producto a las ciudades, destacó.

«Y ese cacao silvestre es uno de los mejores del mundo. No lo digo yo, lo dicen los salones internacionales del cacao», recordó Gerl.

Otro objetivo es «recuperar las tradiciones de La Paz y de Bolivia», como la de las «tertulias», las reuniones vespertinas o nocturnas en las que las familias compartían chocolate caliente con alguna bollería.

«Era una costumbre muy arraigada, se hacía todas las noches y no solamente en Navidad (…) Lo que vamos a hacer esa noche es básicamente lo mismo, vamos a compartir acá chocolate caliente queriendo evocar las épocas de las tertulias de los años pasados», resaltó.

DULCE CIUDAD

El «plato fuerte» de la muestra es la «Ciudad Cacao», una maqueta de casi cuatro metros cuadrados que representa una pequeña ciudad de chocolate con 36 casas, dos carruseles, una iglesia, 25 árboles y 2 casetas de seguridad, detalló Gerl.

Las calles de la «Ciudad Cacao» estarán transitadas por una decena de «petas» o «escarabajos», como se conoce a uno de los modelos populares de la firma Volkswagen, hechos también de chocolate.

Como ocurre con La Paz, al fondo de esta ciudad de chocolate se luce también una versión a escala del icónico nevado Illimani, infaltable en el paisaje paceño.

Además de la maqueta, la exposición incluye una réplica de un mapamundi de 1492 elaborado por Américo Vespucio y Cristóbal Colón, con la intención de representar el viaje del cacao desde América hasta Europa, según Gerl.

También hay un cuadro que explica el proceso para transformar el cacao en chocolate y pequeños impresos con curiosidades sobre el consumo del producto a través de la historia.

Como la leyenda que cuenta que Quetzalcóatl «robó el árbol del cacao a los dioses para regalarlo a los mortales y plantarlo en la tierra» con el fin de que, «al estar bien alimentados, los humanos sólo tendrían la ocupación de mejorarse explotando sus habilidades en las ciencias y las artes».

O el paso de Colón por la isla de Guanaja, frente a las costas de lo que hoy es Honduras, cuyos habitantes le obsequiaron el cacao con el que se elaboraba el «xocolatl, una bebida de fuerte sabor que producía una gran energía y vitalidad».

O la referencia histórica de que, de joven, el libertador Simón Bolívar fue enviado a Europa a estudiar y financió su estadía en el Viejo Continente llevando consigo «varias petacas repletas de cacao».

Entre los objetos que se lucirán está una vajilla inglesa de 1904 de las que se usaban para las tertulias con chocolate caliente.

En la muestra, que estará abierta solo durante la «Larga Noche de Museos» también habrá una especie de «mercadillo» en el que se expondrán y venderán varios productos.


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