Parte de los fondos que destinará la empresa alemana serán divididos 50% en investigación y desarrollo de este tipo de componentes y 50% en una inversión directa.
Los semiconductores son una parte integral de todos los sistemas electrónicos, desde coches y bicicletas eléctricas hasta electrodomésticos y dispositivos portátiles.
Además la empresa planea financiar la construcción de dos nuevos centros de desarrollo en Alemania, ubicados en Reutlingen y Dresde, con un coste de más de 170 millones de euros.
Dentro de los planes que anunció Hartung está la creación de 3,000 metros cuadrados de infraestructura para la producción de obleas, un elemento crucial para la industria de semiconductores, esto será una inversión aparte que destinara la empresa y que asciende a 250 millones de euros.
En el centro de semiconductores en Reutlingen Bosch crecerá su capacidad productiva y convertirá el espacio existente en la fábrica en nuevo espacio de sala limpia.
Esto incluye la construcción de una nueva extensión en Reutlingen, que creará 3,600 metros cuadrados adicionales de espacio ultramoderno para salas limpias.
En general, el espacio de sala limpia en Reutlingen crecerá de los aproximadamente 35,000 metros cuadrados actuales a más de 44,000 metros cuadrados a finales de 2025.
«Nos estamos preparando para un crecimiento constante en la demanda de semiconductores», añadió Hartung.
Suiza, laboratorio de la robótica del futuro
Menos conocida que los relojes, el chocolate, la farmacia o la tecnología espacial, Suiza tiene otra gran especialidad: la robótica.
Bosch también construye un nuevo centro de pruebas para semiconductores en Penang, Malasia, donde a partir de 2023 este centro se utilizará para probar sensores y chips semiconductores terminados.
La Unión Europea (UE) y el gobierno alemán proporcionan fondos adicionales para desarrollar la industria microelectrónica europea. El objetivo es duplicar la cuota europea en la producción mundial de semiconductores, para que pase del 10 al 20% hasta finales de la década.
«El objetivo debe ser producir chips para las necesidades específicas de la industria europea. Y eso no solo significa chips en el extremo inferior de la nanoescala», considera Hartung.
Por ejemplo, los componentes electrónicos utilizados en la industria de la movilidad eléctrica requieren tamaños de proceso de entre 40 y 200 nanómetros y esto es exactamente para lo que están diseñadas las fábricas de obleas de Bosch.