El alcalde de La Paz, Iván Arias, se solidarizó este miércoles con las más de 80 víctimas de violencia sexual cometidas en Cochabamba por el sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas y pidió justicia a favor de los abusados.
“Me siento asqueado, decepcionado, me solidarizo con mis compañeros que sufrieron estos abusos. Que la justicia se haga cargo, que la Iglesia investigue”, dijo al alcalde Arias al referirse al caso de violencia sexual del sacerdote Pedrajas (1943-2009), en el internado Juan XXIII de Cochabamba, donde el burgomaestre estudió la primaria y secundaria.
La autoridad municipal destacó el trabajo que efectuaron los jesuitas en Bolivia y de manera particular en el internado Juan XXIII, ya que albergó a centenares de niños de familias pobres que provenían de los distritos mineros, del área rural y de barrios periféricos. Recordó que la educación y la formación integral que impartieron los jesuitas permitieron que los niños progresen, según una nota de prensa de la Alcaldía.
“Estoy agradecido a la obra, agradecido a Juan XXII, pero muy dolido, asqueado, decepcionado de la acción de un padre que aprovechando su situación de poder cometió esos abusos”, afirmó Arias.
Sin embargo, el alcalde pidió no invalidar toda la obra del Juan XXIII. “Vuelvo a reiterar, eso no invalida la gran labor que hicieron los jesuitas en este colegio que nos permitió formarnos a familias muy pobres”, manifestó.
La nota de prensa agrega que los abusos cometidos por Pedrajas fueron comparados por Arias con la traición que Jesús sufrió de uno de sus apóstoles, Judas Iscariote. “Entre los apóstoles hubo un traidor, un hombre que velando sus propios intereses vendió a Cristo y no por eso la labor de Cristo ha sido manchada”, aseguró el burgomaestre.
El cura Pedrajas Moreno, más conocido como padre Pica, abusó al menos a 85 niños en el país, la mayor parte en el internado Juan XXIII de la ciudad de Cochabamba. Los abusos se cometieron cuando se desempeñaba como subdirector de este colegio.
El sacerdote escribió un diario de 383 páginas donde confesó sus delitos y reveló que la iglesia y particularmente la Compañía de Jesús, de la que era miembro, lo encubrió, según reporte del diario español El País. Después de conocerse la noticia, los jesuitas en el país apartaron a ocho antiguos responsables por el caso del diario de un cura pederasta.