El estrés térmico por calor una de las causas de mortalidad inducida por el clima; influyen factores como humedad, viento y exposición al sol según especialistas.
El estrés térmico por calor es una de las principales causas de mortalidad inducida por el clima; influyen factores como la humedad, el viento y la exposición al sol, según un estudio elaborado por un equipo científico internacional del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Lshtm, por sus siglas en inglés) publicado en la revista Npj | Climate and Atmospheric Science de Nature.
estrés térmico se refiere a la carga de calor que los trabajadores reciben y acumulan en su cuerpo y que resulta de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan.
Los parámetros que permiten controlar y determinar la sobrecarga térmica son:
- Temperatura corporal
- Frecuencia cardiaca
- Tasa de sudoración
¿Cuáles son los factores de riesgo para la salud por el estrés térmico?
Ante esta situación, el estudio científico advierte que basarse únicamente en las temperaturas y debe ser insuficiente para informar a la población sobre los verdaderos riesgos para la salud de una ola de calor, además de que los espertos solicitan que se incluyan estos datos en las alertas.
Entre estos factores personales de riesgo al estrés térmico se encuentran: la edad, la obesidad, la hidratación, el consumo de medicamentos o bebidas alcohólicas, el género y la aclimatación.
También se debe considerar que las personas de mayor edad son más susceptibles a padecer problemas de control de la circulación periférica o menor capacidad
de mantener la hidratación y, en consecuencia, verse incrementada su vulnerabilidad al estrés térmico.
Se debe tener en cuenta el incremento del nivel de estrés térmico es un factor que, junto con otros puede dar lugar a accidentes como son:
Síncope por calor: La pérdida de conciencia o desmayo son signos de alarma de sobrecarga térmica. La permanencia de pie o inmóvil durante mucho tiempo en un ambiente caluroso con cambio rápido de postura puede producir una bajada de tensión con disminución de caudal sanguíneo que llega al cerebro. Normalmente se produce en trabajadores no aclimatados al principio de la exposición al calor.
Deshidratación y pérdida de electrolitos: La exposición prolongada al calor implica una pérdida de agua y electrolitos a través de la sudoración.
La sed no es un buen indicador de la deshidratación. Un fallo en la rehidratación del cuerpo y en los niveles de electrolitos se traduce en problemas gastrointestinales y calambres musculares.
Agotamiento por calor: Se produce principalmente cuando existe una gran deshidratación. Los síntomas incluyen la pérdida de capacidad de trabajo, disminución de las habilidades psicomotoras, nauseas, fatiga, etc.
Si no es una situación muy grave, con la rehidratación y el reposo se produce la recuperación del individuo.
Golpe de calor: Se desarrolla cuando la termorregulación ha sido superada, y el cuerpo ha utilizado la mayoría de sus defensas para combatir la hipertermia (aumento de la temperatura interna por encima de la habitual).
Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura interna por la ola de calor por encima de 40,5 °C, y la piel caliente y seca debido a que no se produce sudoración.
En este caso es necesaria la asistencia médica y hospitalización debido a que las consecuencias pueden mantenerse durante algunos días.