El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva anunció este viernes la demarcación de las primeras seis tierras indígenas desde 2018, lo que supone una victoria para los pueblos tradicionales de Brasil, que poco a poco vuelven a recuperar sus derechos tras la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro.
“Hoy tengo la alegría de firmar la ratificación de seis territorios indígenas. La lucha por la demarcación de los pueblos indígenas es una lucha por el respeto, los derechos y la protección de nuestra naturaleza y país. Estamos avanzando”, escribió Lula en Twitter.
Se trata de las siguientes tierras indígenas: Arara do Rio Amonia, en Acre; Kariri-Xocó, en Alagoas; Rio dos Índios, en Rio Grande do Sul; Tremembé da Barra do Mundaú, en Ceará; Avá-Canoeiro, en Goiás, y Uneiuxi, en Amazonas.
Según el gobierno, estas demarcaciones ponen fin a un período de cinco años sin homologaciones, ya que desde 2018, aún con el expresidente Michel Temer, no se oficializó ninguna.
La situación empeoró durante la administración de Bolsonaro, un excapitán del Ejército que cumplió su promesa de no demarcar “ni un centímetro más” de territorios indígenas y promovió activamente el avance del agronegocio y la explotación comercial de las áreas protegidas.
Lula participó este viernes junto a la ministra de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, en una ceremonia en el Campamento Tierra Libre, que desde el pasado domingo reúne en Brasilia a líderes indígenas de todo el país.
Bajo el lema “sin demarcación no hay democracia”, el campamento se lleva a cabo cada año desde 2004 en los jardines de la Explanada de los Ministerios de la capital brasileña.
Lula también relanzó el Consejo Nacional de Política Indígena (CNPI) y estableció el Comité de Gestión de la Política Nacional de Gestión Territorial y Ambiental de las Tierras Indígenas (PNGATI), que se encarga de promover y garantizar la protección, recuperación, conservación y uso sostenible de los recursos naturales en los territorios indígenas.