A pesar de la prohibición y hasta sanción penal establecida por norma nacional, la venta de partes de animales como un amuleto de “suerte” persiste en el país, como una práctica que pone en riesgo a especies como los zorros andinos y serpientes.

Creencias como llevar en el bolsillo una cola de serpiente cascabel, una pata de conejo o colgar en el negocio una cola de zorro andino para atraer la “buena suerte” representan una amenaza para los animales, indicó el director nacional de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma), coronel Alberto Cárdenas.

“Algunas de estas partes de animales silvestres son comercializadas para la buena suerte o para realizar algún tipo de chiflerías en cuestión de rituales; entonces, pedimos a la población que no comercialicen o adquieran este tipo de animales silvestres, puesto que están protegidos por la Ley 1333”, detalló la autoridad.

Hay personas que tienen arraigada la creencia de que estos elementos atraen la “buena suerte”, por lo cual son buscados en los comercios o ferias populares.

En la calle Santa Cruz de la ciudad de La Paz, una comerciante señaló que habitualmente son jóvenes y comerciantes quienes buscan estas piezas como si fueran una especie de amuletos.

CASCABEL.

“La cola de cascabel es un amuleto para atraer suerte y alejar la envidia y brujería, también se la usa para preparar amuletos más fuertes con diferentes objetos como la lengua de oso hormiguero, hueso de lira y otros, dependiendo de lo que busca la persona que quiere el amuleto, más vienen a buscar jóvenes y dueños de negocios”, relató la vendedora en una entrevista con LA RAZÓN.

En un recorrido realizado por este medio, se pudo corroborar que el precio de una cola de serpiente cascabel oscila entre Bs 30 y Bs 50; en tanto que una cola auténtica de zorro andino llega a costar Bs 180, aunque también existen las falsas, explicó a LA RAZÓN una comerciante de la avenida Tiahuanacu, en El Alto.

“Cola de zorro hembra y macho llevan para prosperidad y abundancia, el original por unidad cuesta 180 bolivianos, hasta 150 te puedo rebajar, es original porque la mayoría vende trucho, que es cola de vizcacha “, señaló.

Las comerciantes niegan conocer la norma que prohíbe la venta de partes de animales silvestres, sin embargo, los amuletos los mantienen en lugares poco visibles de sus puestos de venta.

En marzo, Pofoma interceptó a una persona en el centro paceño, donde ofrecía a la venta colas de animales en calidad de amuletos; el acusado fue aprehendido y remitido al Ministerio Público.

“El departamento de Inteligencia de la dirección nacional de Pofoma ha logrado la aprehensión de un individuo que estaría comercializando colas de cascabel en inmediaciones de la plaza San Francisco, es así que después de una revisión a su mochila se encontró seis colas de cascabel más dos colas de zorro andino”, aseveró el director policial.

Cárdenas añadió que los animales de fauna silvestre están protegidos por la Ley 1333, que, además, prohíbe la venta de partes y derivados de animales, en ese contexto, también se desarrollarán operativos en ferias populares y no se descarta hacerlos en los puestos de chiflería.

PROHIBICIÓN.

La preocupación por esta práctica es orientada a que sea motivo de una persecución y caza de animales silvestres.

“Lamentablemente, muchos de los animales silvestres son traficados para ser vendidos por partes y es una tristeza. Nosotros podemos ver, en el departamento de La Paz, que tristemente en ferias, vimos en los operativos que hemos hecho diferentes incautaciones con Pofoma donde partes de animales se rescatan. Estamos hablando de colmillos, colas de zorro, de colas de cascabel y otros elementos”, confirmó en entrevista con LA RAZÓN el secretario departamental de Derechos de la Madre Tierra, de la Gobernación de La Paz, Luis Saucedo.

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A la par de los operativos y controles, también se pidió conciencia a la población. Si bien estas costumbres de uso de amuletos siguen arraigadas en familias del país, se debe tomar en cuenta que el proceso para tener guardada en casa o negocio una patita de conejo o una cola de cascabel, un animal tuvo que perder la vida y se afecta así a la fauna.

Se realizan ferias para concienciar sobre este tema.
Se realizan ferias para concienciar sobre este tema.

Dos leyes disponen sanciones de cárcel contra estos ilícitos

El camino para que la parte de un animal llegue hasta una casa, un negocio o billetera como amuleto implica muerte y riesgo para las especies más buscadas, entre estas, zorros, serpientes cascabel, quirquinchos y otras.

En el país hay dos normas que sancionan el asesinato de animales: la Ley 1333 y la Ley 700; ambas establecen penas de privación de libertad contra este ilícito.

“Las partes de animales silvestres no deben ser de ninguna manera comercializadas, la Ley 1333, al igual que al tráfico, le da una sanción con pena de cárcel. La compra de amuletos de partes de animal está prohibida en todo el territorio nacional”, afirmó a LA RAZÓN el secretario departamental de Derechos de la Madre Tierra de La Paz, Luis Saucedo.

La Ley 1333, en su artículo 111, establece: “El que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados, sin autorización, o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al cien por ciento del valor de éstas (sic)”.

Además, esta misma normativa nacional determina la pena de privación de libertad de entre uno y tres años cuando se realiza la caza o la pesca con medios ilegales como explosivos o en áreas protegidas o zonas de reserva o en periodos de veda.

La Ley 700, en su artículo 350, tipifica que el biocidio “se sancionará con privación de libertad de hasta cinco años”.

La Policía Forestal y de Medio Ambiente (Pofoma) realiza operativos constantes para evitar que las partes de animales sean comercializadas. “Hace falta mayor personal, Pofoma hace su trabajo, pero son alrededor de 17 funcionarios”, dijo a LA RAZÓN la representante de la organización animalista Rescata, Protege y Cambia (RPC), Ana Morales.

Así, de a poco, se busca que la conciencia se anteponga a la costumbre de los amuletos.