El Gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este jueves que elaborará una «política nacional de enfrentamiento a la violencia en las escuelas» tras los dos últimos atentados que dejaron cinco fallecidos, entre ellos cuatro niños en una guardería de la ciudad de Blumenau.
La propuesta será elaborada «en hasta 90 días» por el grupo de trabajo interministerial impulsado por Lula para atajar las masacres escolares, cada vez más frecuentes en el país, y que hoy se reunió por primera vez, según informó el ministro de Educación, Camilo Santana, a los periodistas.
Este jueves definieron los equipos que participarán de cada ministerio y un cronograma de reuniones semanales en las que se discutirán acciones «urgentes» y de «medio y largo plazo» contra esa lacra.
Entre las medidas planteadas están la puesta en marcha de un servicio telefónico de denuncias, la elaboración de un protocolo de prevención y seguridad, y un mayor monitoreo de las redes sociales para detectar cualquier tipo de conducta criminal.
«Estamos ante un problema muy serio que necesita ser combatido fuertemente con trabajo de inteligencia en las redes sociales, algo esencial», defendió Santana, quien apostó por «discutir una reglamentación» de esas plataformas ante la proliferación de los discursos de odio.
En la misma línea, la ministra de Salud, Nísia Trindade, dijo que hoy «la comunicación y las redes» tienen un componente «fundamental» en este tipo de episodios violentos y que son necesarias «acciones para que las escuelas construyan una cultura de paz».
«Parecen manifestaciones individuales, pero existe un lazo social» común en todas ellas, indicó.
Por su parte, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Márcio Macêdo, pidió a los medios de comunicación que no den visibilidad a las autores de estos ataques para evitar que se conviertan en «héroes» para los grupos de odio de internet.
El miércoles, un hombre de 25 años y con antecedentes penales invadió una guardería en la ciudad de Blumenau, en el sur del país, y mató con un hacha a cuatro niños e hirió a otros cuatro con edades comprendidas entre los tres y los siete años.
El agresor se entregó a las autoridades y permanece detenido, mientras los peritos intentan esclarecer las circunstancias de este brutal crimen a partir de la inspección de su celular y de sus redes sociales.
El ataque de Blumenau, una tranquila ciudad con cerca de 400.000 habitantes en el estado de Santa Catarina, tuvo lugar diez días después de otro ocurrido en un colegio de Sao Paulo, donde un adolescente de 13 años mató a cuchilladas a una profesora e hirió a otras cuatro personas.
Según informes oficiales, los ataques a centros educativos brasileños han matado 40 alumnos y profesores en los últimos veinte años.