El dolor de mandíbula por estrés es un problema muy frecuente en la población general. De hecho, su incidencia está aumentando de manera progresiva debido al estilo de vida ajetreado que llevan la mayoría de las personas.
La mandíbula es el hueso que permite llevar a cabo la masticación. De esta manera, cumple una función básica en la digestión y en la nutrición. El problema es que su salud se puede ver influenciada por el estrés. Así, en episodios de mucha tensión, tiende a presentar trastornos como el bruxismo. ¿Qué hacer al respecto?
Relación entre el dolor de mandíbula y el estrés
El dolor de mandíbula por estrés es algo muy frecuente. A muchas personas les sorprende la relación entre ambas entidades. De hecho, muchos ni siquiera perciben estar estresados. Sin embargo, la relación entre el estrés y los trastornos temporomandibulares ha sido observada en estudios científicos.
Así las cosas, se ha informado de otros síntomas asociados como el dolor de cabeza, los chasquidos, el bloqueo de la mandíbula y la dificultad para abrir la boca. Estos tienden a manifestarse tras episodios de tensión, o bien, cuando la persona no consigue descansar de forma adecuada.
Según explica un artículo de IMED Dental, la boca es una de las principales ‘vías de escape’ del estrés. Es decir, es uno de los lugares en los que más se manifiesta. Por eso, en situaciones que lo detonan, muchos tienden a apretar con fuerza y de manera involuntaria los dientes.
En consecuencia, las piezas dentales rechinan entre sí y los músculos mandibulares quedan sometidos a una tensión constante. Es lo que se conoce medicamente como ‘bruxismo‘. Se estima que casi el 70 % de la población española padece o ha padecido esta condición en algún momento de su vida.
Es una patología que puede evolucionar a algo grave, dado que la constante tensión puede hacer que el dolor se extienda hacia otras zonas, como el cuello y la espalda. Además, el rechinar de los dientes hace que estos se debiliten y se erosionen.
Sobre el bruxismo
El bruxismo es algo que puede ocurrir en cualquier momento del día, aunque es más frecuente que se produzca durante la noche, mientras la persona duerme. El gran inconveniente es que es algo totalmente inconsciente.
Suele causar dolor de mandíbula, pero también sensibilidad dental y molestias en los oídos. A menudo, comer alimentos muy fríos o calientes resulta bastante molesto. Y aunque el estrés es una causa principal, también ocurre en cuadros depresivos.
En periodos de estrés se suele perder la percepción del cuerpo. Así, se empiezan a apretar los dientes y aparece el dolor de mandíbula. Cuando no hay una intervención oportuna y la situación estresante se mantiene, pueden producirse otras complicaciones.
¿Cómo combatir el dolor de mandíbula por estrés?
La incidencia del dolor de mandíbula por estrés ha incrementado en las últimas décadas. El motivo es simple: cada vez hay más circunstancias y entornos que detonan niveles altos de estrés, sobre todo a nivel laboral.
Hay muchas formas de abordar este síntoma, pero es necesario consultar primero al odontólogo para descartar otras posibles causas. A menudo, se recomienda una férula de descarga que se ajusta a los dientes. Su función es evitar que las piezas se choquen entre sí para reducir o impedir su erosión.
También permite que la mandíbula se relaje durante el sueño para reducir la recurrencia del bruxismo en este periodo. En ciertos casos, se indica su uso durante el día. ¿Qué más ayuda al tratamiento? Veamos algunos consejos adicionales.
Cuidar el sueño
El dolor de mandíbula está muy influenciado por la calidad del sueño. La mayor parte de los episodios de bruxismo ocurren a lo largo de la noche. Además, suele asociarse a un mal descanso, despertares frecuentes, pesadillas y otros problemas del sueño.
Por lo anterior, una forma de afrontar este problema es mejorar los hábitos de sueño. Hay ciertas conductas a la hora de dormir que fomentan ir a la cama con un estado de agitación. Por ejemplo, cenar justo antes de dormir, ver la televisión o estar con el móvil.
Así pues, lo ideal es realizar actividades que sí ayuden a la relajación. Leer antes de dormir, tomar una ducha tibia y meditar son algunos ejemplos.
Manejar el estrés
Teniendo en cuenta que el dolor de mandíbula está relacionado con el estrés, hay que aprender a manejar este problema. Para ello, hay ciertos hábitos de vida saludables que pueden resultar muy beneficiosos.
Pasar tiempo al aire libre y realizar actividades en el exterior —caminar, visitar parques, caminar en la playa, ir a la montaña y similares— mejora de forma considerable la percepción del estrés.
Algo similar ocurre con la práctica de ejercicio físico. Tanto los deportes como otras modalidades de actividad física tienen un impacto positivo en la disminución de la tensión.