De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), el mercurio es una sustancia química tóxica cuyos daños son irreversibles y se dan por el mal uso y la falta de seguridad cuando se lo manipula.
La ruta en la comercialización del mercurio, que es una “sustancia peligrosa”, no enfrenta mayores problemas porque su venta es libre, sin ningún tipo de control ni seguridad, además una parte del metal que ingresa al país para las actividades auríferas sale a otros países como contrabando.
Pese a que Bolivia se encuentra en la lista de los países signatarios del Convenio de Minamata, desde que ratificó en 2015, contrariamente se produjo una explosión en la importación de mercurio.
En 2022, el país de procedencia del metal fue Tadjitiskan, ubicado en Asia Central. Desde 2019 a 2021 fue Rusia y años antes, México. En la lista y por orden le siguen Emiratos Árabes Unidos, China, Kirguistan, Marrueco, Turquía, Estados Unidos y Alemania.
El Gobierno trabaja en un plan para cambiar este metal pesado por otro más ambiental con la naturaleza y el ser humano. Conozca más en el siguiente reportaje multimedia. (Pulsar el botón VER para leer el reportaje. Se recomienda usar el buscador Chrome)