La primera víctima fue Camila, de 10 años, quien el pasado 5 de marzo recibió una descarga al sujetarse de un poste energizado en la OTB La Joya, al sur de la ciudad de Cochabamba. La pequeña fue trasladada al Hospital del Sur. No resistió y perdió la vida.
Su madre fue testigo del momento desafortunado, luego de que la pequeña se quitara los patines y le pidiera a su progenitora que la observara mientras bailaba junto a otra niña. El desenlace fue el peor y la familia clama justicia.
El segundo caso se trata de un can que también recibió una fuerte descarga a causa de un cable suelto en el Parque Fidel Anze, en la zona norte. Sus dueños lo sacaron a pasear, de un momento a otro escucharon un fuerte alarido. Al socorrerlo se dieron cuenta de la presencia de un cable. El animal fue llevado a una clínica veterinario, pero no aguantó y pereció.
El tercero, y más reciente, ocurrió el pasado viernes, 24 de marzo, por la noche. Hugo, de 45 años, piso el cable suelto de un poste de luz en la OTB Villa La Cabaña, zona de K’ara K’ara. El hombre fue trasladado a un centro médico, pero falleció.
Tras la muerte de Hugo, el Secretario de Gobernabilidad del municipio, Gustavo Camargo, indicó que el cable expuesto no corresponde a la instalación de Alumbrado Público del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba (GAMC) .
“El cable suelto en el piso no era un cable de alumbrado público, era un cable de fibra óptica que por factores aún no conocidos ha sido electrificado y ha hecho la conducción eléctrica, lo que ha ocasionado el fallecimiento de esta persona” dijo.
Sostuvo que desconocen la empresa de telecomunicaciones a la que pertenezca dicho cable, que, además, estaba expuesto desde hace varias semanas.
Ambas entidades, después de la primera muerte, dijeron realizar mayores inspecciones y mantenimientos a las instalaciones.
DENUNCIAS E INDIGNACIÓN
Desde la muerte de Camila, a través de diferentes redes sociales aumentaron las denuncias de la población cochabambina respecto a cables sueltos, expuestos o en mal estado en espacios públicos.
Las tres muertes han causado lamento, enojo, preocupación e indignación en la población de la Llajta, que volcó su malestar en redes sociales. Muchos internautas manifiestan que los mantenimientos son inexistentes, otros catalogan los hechos como “negligencia e irresponsabilidad”.
Lo cierto es que no hay algún ente que se responsabilice por estos hechos. Las familias quedan en pedido de justicia por la pérdida de sus seres queridos.