Los sindicatos franceses no dan tregua en su pulso social contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, el principal destinatario de las críticas durante la novena jornada de movilización, empañada por altercados provocados por individuos violentos en varias ciudades.
Las más de 300 manifestaciones convocadas en el país concentraron a 3,5 millones de personas, según los datos sindicales, lo que supone igualar el récord del último 7 de marzo, aunque las cifras del Gobierno son más modestas: poco más de un millón, ligeramente inferior a otras jornadas.
Pese a la aprobación de la ley, el movimiento de protesta contra la reforma de las pensiones no pierde fuelle, apuntalado con la incorporación de muchos jóvenes, según las organizaciones estudiantiles, y con sectores en huelga que, como el de los carburantes, amenazan con paralizar la economía.
La presión sigue, porque los sindicatos convocaron una nueva jornada de protesta para el próximo día 28.
“Reformar las pensiones siempre ha sido impopular (…) Pero entre los sondeos a corto plazo y el interés general del país, elijo el interés general del país”, señaló en una entrevista en las dos principales televisiones del país el presidente, elegido hace menos de un año y que no puede optar en 2027 a un tercer mandato.
Panorama en Francia. Foto: AFP
Macron aseguró “respetar” las multitudinarias manifestaciones convocadas por los sindicatos, que mañana vivirán su noveno capítulo, el primero desde la adopción del texto.
Pero rechazó tanto los actos violentos que se vienen repitiendo en los últimos días, que llegó a comparar con el asalto del Capitolio en Estados Unidos o al Parlamento de Brasil, y los bloqueos de sectores económicos, como las refinerías o la recogida de basuras.
“No podemos aceptar ni facciosos ni bandos”, advirtió Macron, que indicó que muchos parlamentarios y alcaldes que apoyan sus políticas han sido blanco de actos violentos y amenazas.
El presidente reconoció que no ha sabido explicar a sus conciudadanos la necesidad de adoptar su reforma, que cuenta con un 70 % de rechazo, pero reiteró su confianza en el actual Gobierno para “acelerar” sus políticas de reindustrialización y creación de empleo para favorecer a un máximo de franceses. A la clase media, que se considera perjudicada por las reformas y que no tiene derecho a ayudas estatales, le prometió cargas extra a los beneficios extraordinarios de las grandes empresas y un ajuste de los subsidios a los más desfavorecidos para favorecer su reinserción laboral.
La clave
Izquierda y derecha contra Macron. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon y la ultraderechista Marine Le Pen coincidieron en tildar de “tirano” al presidente Macron. Lo acusaron de “despreciar” al pueblo y de no responder a las demandas sociales.