Se cree que los primeros gatos llegaron a Japón desde China durante el período Nara (siglo VIII) para cazar ratones.
Según Katsuhiro Miyamoto, profesor emérito de la Universidad de Kansai, el fenómeno que denominó «nekonomics» (efectos económicos de los gatos) movió unos US$14.600 millones (1,9 billones de yenes) solo en el período de 2021.
Para llegar a esa cifra elevada, la encuesta tuvo en cuenta los gastos en alimentación, productos de primera necesidad y atención veterinaria, además de proyectos generados por la pasión japonesa por los gatos. Incluso aquellos que no tienen una mascota en casa suelen ir a cafés temáticos y lugares turísticos, como islas conocidas por su concentración de felinos, solo para fotografiar y tocar a los gatos.
En Japón, la onomatopeya para maullar es «nyan nyan nyan», que suena como «ni» (dos en japonés). A partir de un juego de palabras y a sugerencia de la industria de comida para mascotas, en 1987 se estableció que el 22 de febrero sería el Día del Gato, creando así un motivo más para aumentar la «nekonomics».
Para muchos japoneses, ignorar la mirada penetrante y el ronroneo del gato es tan difícil como resistirse a la infinidad de artículos lindos con los que la industria de los gatos tiende a llenar las estanterías en esta época del año.
Según la Asociación Japonesa de Alimentos para Mascotas, la popularidad de los gatos ha ido en aumento durante más de dos décadas. La pandemia solo hizo que este interés aumentara aún más cuando las personas se vieron obligadas a permanecer aisladas en sus hogares.
La población de estos felinos registró un récord en 2021, al sumar unos 489.000 animales más en comparación con el periodo anterior, lo que llevó la cifra total de gatos en el país a unos 8,94 millones (frente a 7,10 millones de perros).
El profesor Miyamoto multiplicó este número por el gasto promedio mensual de US$63 (unos 8.460 yenes) que se destina en el país a la alimentación y al cuidado básico de cada animal. La suma alcanza a US$ 6.758 millones anuales (unos 911.580 millones de yenes)
A esa cantidad le sumó el efecto dominó de toda la cadena y lo que generó el turismo doméstico felino: el total fue de unos US$14.600 millones (casi 2 billones de yenes).
A modo de comparación, la ‘nekonomics’ en 2021 son ligeramente superiores a lo gastado en la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 (estimados en US$12.528 millones o 1,69 billones de yenes).
El profesor Miyamoto recuerda que el costo de cuidar a un gato pequeño es relativamente bajo para una familia, pero para Japón significa mucho. «En otras palabras, la acumulación de pequeñas cantidades por parte de cada familia contribuye a la economía japonesa, es el motor que mueve el conjunto», dice en entrevista con BBC News Brasil.
La Asociación Japonesa de Alimentos para Mascotas recuerda que las personas experimentaron ansiedad y situaciones estresantes cuando se vieron obligadas a dejar de salir y tuvieron quedarse en casa y trabajar desde allí durante mucho tiempo. Al convivir con mascotas buscan tranquilidad y mejoran la comunicación dentro de su familia.