La organización ecologista exige un “cambio a un modelo de soberanía alimentaria” para que los sectores más vulnerables tengan acceso a una mejor alimentación
Greenpeace dio a conocer cifras alarmantes a través de su informe «Injusticia alimentaria 2020-22” en el que se detalla que tan solo cuatro empresas tienen el control del 70% del comercio mundial de cereal, por lo que exigió “un cambio a un modelo de soberanía alimentaria” para proteger el acceso de las personas más vulnerables.
En el informe, Greenpeace aprovechó para exhibir a las corporaciones de negocios agrícolas más grandes del mundo, las cuales «han aumentado sus ganancias en miles de millones de dólares desde 2020, aprovechando la especulación desenfrenada” provocada por la invasión de Ucrania y la pandemia del Covid-19.
Davi Martins, activista de Greenpeace, recalcó lo expuesto en el estudio: Archer-Daniels Midland, Cargill, Bunge y Dreyfus, son los cuatro consorcios internacionales que controlan más del 70% del comercio mundial de cereal, y también agregó que dichas compañías «ni siquiera tienen la obligación de revelar lo que saben” sobre el mercado, como las cantidades de grano almacenadas tras la invasión de Ucrania, lo que alimentó la especulación y subida de precios.
«Lo que estamos presenciando es una enorme transferencia de riqueza a unas pocas familias ricas que, básicamente, son propietarias del sistema alimentario mundial, en un momento en que la mayoría de la población global está luchando para llegar a fin de mes. Es simplemente escandaloso e inmoral”, denunció Martins.
Tan solo 20 corporaciones acumularon más de 53 mil millones de ganancias de 2020 a 2021
Otra parte del informe se dedicó al análisis de las 20 corporaciones más grandes en los sectores del grano, fertilizantes, carne y lácteos, y las cuales sumaron «más de 53,000 millones de dólares en ganancias para sus accionistas” del 2020 al 2021.
Durante esos mismos años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) detalló que, incluso con menos dinero «sería suficiente para proporcionar alimentos, vivienda y apoyo vital a los 230 millones de personas más vulnerables del mundo” y, según la FAO, el número de personas con hambre aumentó a más de 150 millones en 2021.
Mónica Parrilla, responsable de biodiversidad en Greenpeace España hizo una invitación a los gobiernos del mundo para que protejan a la población de las grandes empresas, que han «expulsado del sistema a los pequeños agricultores y productores locales, cuyo propósito es realmente alimentar a la gente”.
Greenpeace exige «un cambio a un modelo de soberanía alimentaria”, hecho que requiere «considerar los alimentos un bien común y un derecho humano, y no una mercancía más”, así como «gravar los beneficios extraordinarios de las empresas durante las crisis con un impuesto ambicioso para todo el sector”.