Las pruebas consistieron en enseñar a grupos de hormigas a reconocer la presencia de sustancias químicas tumorales dándoles recompensas azucaradas. Los investigadores descubrieron que las hormigas no solo podían discernir la diferencia entre las muestras de orina de ratones cancerosos y las que no tenían cáncer, sino que también se les podía enseñar a hacerlo en solo 10 minutos.
Una vez que las hormigas fueron entrenadas para asociar una recompensa azucarada con la orina que contenía sustancias químicas de un ratón con un tumor canceroso, comenzaron la segunda fase de la prueba. incluyó el trasplante de tejido tumoral de cáncer de mama de pacientes humanos a varios ratones. Después de un tiempo de espera para que los tumores se establecieran, se recolectaron muestras de orina tanto de ratones sanos como de aquellos a los que se les habían injertado tumores y expuso a las hormigas a las diversas muestras.
En este caso, los investigadores encontraron que las hormigas pasaban aproximadamente un 20% más de tiempo olfateando muestras que provenían de ratones con tumores.
Aunque, este hallazgo podría suponer un punto de inflexión en la detección temprana y mejora de tratamiento para muchas enfermedades como el cáncer, la principal causa de muerte en el mundo, esta investigación es solo el primer paso para que las hormigas sean utilizadas como diagnóstico. En palabras de Piqueret, responsable del estudio, para que su revolucionario método se considere adecuado como prueba de detección, “necesitamos más experimentación utilizando diferentes tipos de tumores, y sobre todo, [usar] muestras de pacientes humanos directas”. A la espera de que su equipo avance en la prometedora investigación, el potencial de las hormigas constituye un nuevo halo de esperanza para el progreso de la ciencia y la salud.
Los investigadores sugieren que las hormigas pudieron distinguir entre la orina de ratones con cáncer y la de los que estaban sanos. La siguiente fase de su investigación consistirá en averiguar si las hormigas pueden hacer lo mismo con la orina humana, apuntan los autores en el resumen de conclusiones.