Una joven de 24 años denuncia una insólita negligencia al interior de un hospital en Río de Janeiro, Brasil. Resulta que llegó al recinto médico para dar a luz a su bebé, pero salió del lugar con su mano izquierda amputada, por lo mismo, denuncia que fue víctima de una mala praxis.
Todo ocurrió al interior del Hospital de la Mujer Intermédica, cuando Gleice Kelly Gomes arribó el 9 de octubre para iniciar los trabajos de parto natural, los que ese extendieron hasta el día siguiente.
Después de dar a luz a su bebé, la joven de 24 años sufrió una hemorragia que terminó convirtiéndose en una pesadilla, porque desde ese momento iniciaron las complicaciones que le cambiarían su vida.
«Solo fui a tener un bebé y volví sin ella»
Para controlar su situación, los familiares de la afectada aseguran que los médicos le colocaron una vía en la mano para suministrarle los respectivos remedios. Sin embargo, estos no sirvieron para calmar los malestares de Gleice, pues el dolor aumentaba.
Todo empezó a empeorar cuando esa mano izquierda se hinchó a tal punto de ponerse morada.
«Les pregunté qué iban a hacer con eso. Lo único que estaban haciendo era ponerle una bolsita caliente encima y mi hija se quejaba de que se quemaba», señaló Kelly Cristina dos Santos, madre de la damnificada al medio brasileño G1.
A los pocos días del nacimiento de su hijo, los médicos anunciaron la noticia de que tendrían que amputarle la mano, considerando desde la zona de su muñeca.
«Me estoy rearmando. Tuve mi mano durante 24 años, solo fui a tener un bebé y volví sin ella. Me perdí la oportunidad de amamantar a mi hijo; mi pecho produjo leche durante tres días, pero es como si hubiera tenido un aborto espontáneo», acusó la paciente damnificada.
Ya con tres meses de vida, el pequeño no puede recibir todos los cuidados por parte de su madre: «No puedo bañar a mi bebé. Hay ciertas cosas que no puedo hacer con él, que ya había hecho con mis otros dos hijos», acusó.
La respuesta del hospital denunciado
El hospital brasileño fue demandado por daños estéticos, morales y materiales. A modo de respuesta, el organismo de salud solidarizó con Gleice, lamentando lo ocurrido, pero aseguraron que no hubo negligencia médica, pues la pérdida de la mano no fue provocada por la intervención realizada.
