La desinformación sobre la COVID-19 ha causado más de 2 800 muertes en Canadá y costó al sistema sanitario del país centenares de millones de dólares.
El informe del Consejo Canadiense de Academias, una organización científica independiente, señala que la desinformación hizo que millones de canadienses no creyesen que la COVID-19 fuese real o que las vacunas contra la enfermedad fueran seguras.
Los expertos estiman que si «aquellos que dijeron creer que la COVID-19 era un fraude se hubiesen vacunado cuando pudieron, más de 2,3 millones de canadienses se habrían vacunado, lo que habría supuesto una reducción de alrededor de 198 000 casos, 13 000 hospitalizaciones y 2 800 muertes entre el 1 de marzo y el 30 de noviembre de 2021».
Gastos millonarios
Además, el costo de las hospitalizaciones por el rechazo a las vacunas ascendió a al menos 300 millones de dólares canadienses, unos 222 millones de dólares estadounidenses.
Los autores advirtieron de que estas cifras son «conservadoras», porque no recogen «otros costos sanitarios directos», como los salarios del personal médico» ni los efectos en la sociedad.
El informe calificó la desinformación sanitaria y científica de gran preocupación para la sociedad, al exponer a los individuos a «daños personales y colectivos».