Jhair Matías G. era un niño muy amoroso y el más travieso de su curso. Tenía la costumbre de expresarle su afecto a su madre, Martha, llenándola de besos y abrazos. Solía decirle que cuando fuera adulto, ganaría mucho dinero y se encargaría de velar por su progenitora.
El pequeño, de 6 años, fue secuestrado y asesinado, mediante envenenamiento, por la pareja de su padre, en Llallagua, Potosí. El menor fue hallado en un baldío, con signos de violencia. Cuando lo llevaron a un centro médico confirmaron lo peor: ya nada podían hacer por Jhair.
A estas horas, velan sus restos mortales en el local Esmeralda, donde sus seres queridos y vecinos repiten una palabra de forma constante: justicia.
Apuntan que la mujer que le habría quitado la vida al infante, ahora aprehendida, llevó a cabo su plan para evitar que el padre pagara las pensiones mensuales.
Martha, en medio de la conmoción, presume que la mujer se llevó al pequeño a punta de engaños, pues a él le gustaban mucho los juguetes.
«En las cámaras he visto que esa maldita mujer ni a su curso me lo ha dejado ir. Le ha agarrado a mi hijo y se lo ha llevado a la tienda. A él le gustaban los juguetes. Le ha debido decir: ‘te voy a ir a comprar’. El portero le ha dejado salir (a Jhair). Esa mujer estaba con capucha y barbijo, ¿cómo me lo ha dejado salir así?», cuestionó la doliente ante Unitel.
«Mi hijo era el más traviesito. Siempre saltaba. Me acerqué a la puerta y no había quién saltara. Mi hijo estaba con chulo de Spider-man. No había mi hijo».
Se tenía previsto que Martha comenzara a cobrar las pensiones. De hecho, la citaron para hoy jueves, de modo que llevara adelante el aspecto burocrático en cuanto a los papeles.
Lo recuerda cariñoso y protector con ella. «Mi hijo era tierno, era amoroso. Siempre me decía: mamá, te amo, mamá, voy a crecer y vamos a tener harta plata, yo soy tu papá».
Por todo ello, Martha quiere justicia, desea que los comunarios la apoyen.
«Quiero que esa maldita se pudra en la cárcel, quiero justicia para mi hijito, quiero que me ayuden todos los comunarios, todos, a hacer justicia para mi hijito».