Los mandatarios de Italia, Alemania, Portugal y Polonia y miembros de la monarquía española y belga se harán presentes este jueves para despedir al papa emérito.
Se trata de un funeral particular en la historia del Vaticano, el primero que será organizado por el mismo Papa en funciones, quien despedirá al emérito. También confirmaron asistencia la reina emérita de España, Sofía; el rey Felipe y la reina Margarita de Bélgica.
Para la ceremonia que Francisco organizará el jueves a las 9.30 locales (5.30 de Argentina) también aseguraron su presencia los presidentes de Polonia, Andrzej Duda; de Hungría, Katalin Novak, y de Portugal, Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa, y el gobernador de la Baviera natal de Benedicto XVI, Markus Söder.
Mientras tanto se desarrolló este lunes la despedida pública a Ratzinger, con fieles que se acercaron a la Basílica San Pedro para despedir al sumo pontífice emérito. Los números de asistencia duplican al esperado según las previsiones oficiales.
Comenzaron los funerales por la muerte de Benedicto XVI
Más de 65.000 fieles despidieron este lunes al papa emérito Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro, en el primero de los tres días de la capilla ardiente en la que se expondrá el cuerpo de Joseph Ratzinger antes del funeral que encabezará el jueves el papa Francisco.
Las máximas autoridades políticas de Italia, el presidente, Sergio Mattarella, y la premier, Giorgia Meloni, abrieron minutos antes de las 9 locales (5 de Argentina) la larga procesión de fieles que busca dar el último adiós al pontífice emérito fallecido el sábado a los 95 años.
Desde primera hora, el histórico secretario privado de Benedicto XVI, Georg Ganswein, fue el encargado de recibir a los invitados especiales y autoridades.
Vestido con ropas blancas de Papa y con una casulla roja, el color del luto papal, el cuerpo de Benedicto XVI es expuesto con un rosario entre sus manos, entrecruzadas a la altura del vientre.
El cuerpo, con dos guardias suizos a sus costados, está expuesto sin el palio, la estola de lana blanca característica del Papa, y sin el denominado Anillo del Pescador, dos símbolos de los pontífices en actividad y no eméritos.