Al cumplir los 15 años, Jessie Sanders experimentó uno de sus primeros dolores de vientre. La molestia era tan insoportable que acudió al médico para una revisión, pero salió sin una respuesta precisa: “Es solo dolor menstrual”, dijo el doctor.
Ella volvió a casa, pero lo que no sabía en ese momento es que ese dolor la acompañaría en sus cinco años de vida posteriores, sin sospechar que había algo más.
El cáncer de ovario que no detectaron los médicos
Jessie regresó a sus rutinas de adolescente. Iba a clases y compartía con sus amigas, pero frecuentemente el dolor volvía. Ella se sentía frustrada porque en más de una ocasión se perdió de actividades importantes ya que no lograba levantarse de la cama.
Volvió a visitar a los médicos en varias ocasiones; sin embargo, siempre regresaba con la misma respuesta: es dolor menstrual. Un tratamiento a base de pastillas anticonceptivas supuestamente le aliviaría. No fue así.
A sus 21 años prácticamente aprendió a convivir con el dolor. Todos los médicos que visitó le daban el mismo diagnóstico. Si regresaba a la consulta con las mismas quejas, evadían hacerle exámenes más profundos.
El Día de Acción de Gracias del 2021 el dolor fue más severo de lo normal. Jessie estaba convencida de que algo estaba mal en su cuerpo. Temerosa de que le volvieran a recetar lo mismo acudió directamente al Centro Médico Kaiser Zion en San Diego, California.
Esta vez los doctores no ignoraron su dolor. Tras una revisión descubrieron un quiste de 17 centímetros. Le hicieron una cirugía de emergencia y lo extrajeron. También debieron extirpar su ovario derecho.
A la joven le dieron de alta. Semanas después recibiría una nueva llamada del doctor que le atendió. Luego de los exámenes exploratorios descubrieron que debía someterse a quimioterapias porque tenía cáncer de ovario, específicamente un carcinoma de células pequeñas del tipo hipercalcémico de ovario, reseñó Today.
Jessie Sander creó una fundación
Los médicos sometieron a la chica a seis sesiones de quimioterapia y un trasplante de médula ósea. En medio de su proceso compartió su historia en TikTok y otras chicas también le expresaron haber pasado por algo similar. A raíz de esto creó la organización Fight for Female Health para crear conciencia sobre el cáncer de ovario.
“Estoy tan frustrada por mí misma y por otras mujeres”, dice Jessie Sanders. “No quiero que despidan su atención médica. Sólo necesito hacer correr la voz. Quiero que otras personas se inspiren para defenderse a sí mismas”.
Tras sobrevivir a la enfermedad, Jessie se dedica a compartir su historia con otras mujeres. Con su mensaje quiere que todas tomen conciencia, aprendan a conocer su cuerpo e insistan cuando sospechen que algo les parezca anormal.
“Es realmente importante que todas las mujeres conozcan sus cuerpos y cuando algo no esté bien, y si no está bien, que vean a un proveedor de atención médica y… si sienten que las están descartando, cambiar a otra persona. Nadie debería descartar a los pacientes, sin investigar lo que estaba causando que (yo) tuviera todos esos síntomas. Claramente, algo no estaba bien», dijo la joven.