“Es un momento histórico para nosotros como empresa, pero también es histórico para Australia”, declaró a la AFP el presidente de Equatorial Launch Australia, Michael Jones, antes del despegue.
Su compañía posee y opera el sitio de lanzamiento situado en el norte de la isla. Jones dijo que el despegue del domingo era como un “coming out” de la industria espacial australiana y se declaró afortunado por poder trabajar con la NASA.
Tras varios retrasos a causa de la lluvia y el viento, el cohete-sonda suborbital partió para estudiar los rayos X que emanan las estrellas Alpha Centauri A y B, que juntas, forman una estrella binaria.
Tras alcanzar su apogeo, la carga útil del cohete debe registrar datos sobre el sistema binario antes de redescender a la tierra con ayuda de un paracaídas.
Según la NASA, el lanzamiento ofrece una visión única de otros sistemas solares y nuevas oportunidades científicas
“Estamos impacientes por poder lanzar importantes misiones científicas desde el hemisferio Sur y observar objetivos que no podemos ver desde Estados Unidos”, declaró Nicky Fox, directora del departamento de heliofísica de la NASA, al presentar la misión en Washington. El próximo lanzamiento está previsto el 4 de julio.