Mirtha, la niña del área rural que soñó con ser profesional y ahora es pedagoga

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Mirtha es una de las miles de niñas que recibió un impulso cuando estaba en la escuela, gracias al patrocinio, que brindan ciudadanos de otros países. Este es un sistema con el que trabaja Plan International Bolivia para llegar a comunidades del país, en situaciones vulnerables, con la entrega de material escolar y otros implementos a niñas, niños y sus comunidades.

Desde que era niña, Mirtha, oriunda de Camargo, Chuquisaca, recibía una mochila con útiles escolares que era entregada por Plan International Bolivia (PIB), gracias a los fondos donados por su patrocinador que vivía en Canadá. A raíz de ese impulso y al apoyo de su familia, terminó el bachillerato, se tituló como pedagoga y ahora busca una maestría con enfoque social.

Ella, actualmente, es una joven de 21 años y cuenta que gracias a haber recibido el material necesario para terminar la escuela, logró una motivación para superarse.

Recuerda que un día, a sus cinco años, mientras sus padres trabajaban como maestros en el área rural, su abuela la inscribió a ella y a su hermana al Sistema de Patrocinio, con el que Plan International llegó a su comunidad.

“Empezaron a patrocinarme cuando tenía cinco años. Yo no entendía en ese momento qué era el patrocinio. Mi abuela nos llevó y me acuerdo que nos sacaron fotos y, conforme pasaban los años, Plan nos regalaba útiles, nos traía cartas de nuestros padrinos y entendí el enfoque que tiene el patrocinador”, relata Mirtha.

Desde que PIB se fundó en Bolivia, en 1969, se puso en marcha el Sistema de Patrocinio. Este consiste en que una persona patrocinadora, residente en algunos países de Norteamérica, Asia y Europa, realiza un aporte financiero para el bienestar de un niño o niña en situación de pobreza. En la actualidad, más de 40.000 niñas y niños de Bolivia son parte de este convenio, quienes también participan en proyectos de desarrollo en las comunidades rurales, según el encargado nacional del Sistema de Patrocinio de Plan International (PIB), Pablo Pinto.

Las cartas

La única comunicación entre Mirtha y su patrocinador canadiense se daba a través de cartas en las que él le contaba sobre su familia, el clima en Canadá y qué le gustaba comer. En respuesta, ella comentaba sobre las materias favoritas en el colegio y qué hacía en su tiempo libre. Las cartas estaban mediadas por PIB, que las revisaba con el fin de salvaguardar a las niñas y niños que formar parte del sistema.

La joven rememora que el material escolar entregado por Plan International a inicios de cada año era lo básico y le “servía bastante”, porque los maestros rurales no exigían más de lo debido, ante el difícil acceso al mismo, a diferencia de los urbanos que piden toda una lista de útiles.

Recuerda que un lápiz, un cuaderno, una caja de colores, una carpeta con 200 hojas, un par de bolígrafos, un tajador y un estuche de reglas dentro de una mochila, “aliviaba el gasto de las familias”, sobre todo de aquellas que tenían muchos hijos en colegio.

Su interés por formarse

Además del Sistema de Patrocinio, a sus 13 años, Mirtha fue parte de proyectos con enfoque social, en los que aprendió a soñar con una profesión.

“Mi cambio ha sido tremendo, (…) ha influido para que yo pueda crear un proyecto de vida: la formación que me dio Plan con herramientas necesarias como para terminar mi carrera, (…) seguir planteándome un futuro y darme oportunidades de crecimiento”, dice la joven.

En 2013 y 2014, Mirtha fue parte de diferentes proyectos de PIB: “Tú y mis derechos sexuales y reproductivos”, “Armonía y saberes por los derechos sexuales y reproductivos”, que duró cinco años. Ahora está en el Programa Regional de Juventudes Bolivia y se destaca como una de las jóvenes lideresas.

En los años que Mirtha se benefició del patrocinio, PIB realizaba el seguimiento de la realidad de las niñas y niños en la comunidad donde ella vivía; hacía un registro de los cambios logrados. Al final, cuando ella cumplió los 18 años, le entregaron un reconocimiento por ser una niña patrocinada.

La pedagoga con ganas de especializarse

Luego de terminar el bachillerato, estudió la carrera de Pedagogía en la Universidad Mayor Real Pontificia de San Francisco Javier en Chuquisaca. Tras cinco años de estudio se graduó hace tres meses. Ella fue una de las primeras profesionales en su familia, por lo que sus padres y hermanos están orgullosos de su logro.

Ahora busca una beca para una maestría en el área social, ya sea de cooperación y desarrollo, género, feminismo o diversidad sexual.

“Quiero aportar de alguna forma a mi comunidad, por eso decidí estudiar una carrera que tiene que ver con lo social. Gracias a Plan he tenido las herramientas necesarias para proyectar un futuro y seguir esas metas de trabajar”, dice Mirtha.

En el contexto en el que vivió y creció fue determinante para estudiar una carrera social y las herramientas que le dio Plan International la motivaron para trabajar en temas como la prevención contra la violencia, liderazgo juvenil entre otros.


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