Tras levantarse el paro, Iglesia dice que nadie debería llevarse la victoria ni acusarse de traición

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REALZA SACRIFICIO DEL PUEBLO CRUCEÑO

El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, calificó este domingo de positiva la decisión de levantar el paro de 36 días en Santa Cruz y afirmó que nadie debería llevarse la victoria ni acusarse de traición en la lucha por el censo.

“Hemos vivido momentos de tensión, preocupación, de incertidumbre y un momento de miedo porque cada día era eso y no sabíamos qué pasaría mañana. Han sido momentos muy difíciles, muy complicados y gracias a Dios se está dando este paso para salir de los momentos tan difíciles porque muchas personas estaban sufriendo y la estaban pasando mal”, manifestó en su homilía.

Dijo que en este conflicto como Iglesia acompañaron desde las parroquias preparando algo para compartir con las personas, pero ya últimamente hasta las mismas personas que podían compartir con otros, se acabaron en las parroquias y en las rotondas, explicó.

Destacó el hecho que la Cámara de Diputados haya aprobado una ley y con la confianza de que la ley avance, se complete y se firme, los dirigentes cívicos dieron este cuarto intermedio necesario.

Manifestó que es normal que algunas personas no estén de acuerdo con la decisión tomada, pero considera que era necesario levantar el paro porque “necesitamos oxigenarnos de nuevo, porque ya nos estábamos ahogando con tantos problemas, de hambre también que estaban pasando algunos”.

Sin embargo, cree que esta lucha no se agota aquí, no es lo último y habrá todavía muchas cosas, pero la decisión de levantar el paro ha sido un paso positivo y nadie debería sentirse ganador ni llevarse la victoria, acotó.

En todo caso, afirmó que, si se trata de victoria, el ganador sería el pueblo boliviano porque Santa Cruz luchó por todos, el sacrificio mayor estaba en Santa Cruz, pero la visión estaba en una lucha por el país y eso también es algo importante de reconocer el esfuerzo que hizo Santa Cruz.

“Hay que seguir adelante. Ánimo, no clavemos la cabeza, no digamos que estamos derrotados, confiemos en Dios y en nuestras autoridades y este paso que se ha dado, no vuelva atrás y continúe avanzando más por el bien de todos. No deberíamos ver personas diciendo que son traidores, que no se ha cumplido lo que se le ha pedido. Creo que, si se trata de trabajar por todos, no hay nadie traidor. Si han puesto el esfuerzo que corresponde, entonces no debería haber traidores, debería haber agradecimiento por el esfuerzo que hizo todo el departamento”, sostuvo el prelado.

Monseñor Leigue invitó a que, en este tiempo de Adviento, empecemos a luchar por la unidad y nos preparemos para el encuentro con Dios en la próxima Navidad.


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