10 cisternas recorren diariamente los barrios de este municipio para distribuir agua a los vecinos; sin embargo, no es apta para consumir.
Desesperante. Así califican los vecinos de Ascensión de Guarayos, la situación que atraviesa este municipio, que desde hace varios días se declaró en emergencia por la escasez de agua y que lleva a sus habitantes a acudir a viejos métodos para obtener este líquido vital, pese a que en algunos casos no sean óptimos para el consumo humano.
Para paliar la extrema necesidad se activaron distintos planes de contingencia. 10 cisternas recorren las calles de este municipio para distribuir agua casa por casa diariamente. Para esta iniciativa colaboran el Gobierno Municipal con 4 cisternas, la Gobernación con 4 cisternas y la Asociación de Ganaderos (Agagua) con 2.
“Estos cisternas se aprovisionan de agua en el río San Pablo (a 12 kilómetros de Ascensión de Guarayos, sobre la carretera a Trinidad), pero esta agua no es apta para el consumo porque es turbia, entonces ellos la traen más que todo para limpieza”, señaló un dirigente vecinal en contacto con EL DEBER.
Las 10 cisternas cargan agua en el río San Pablo
De forma paralela, la Cooperativa de Servicios Públicos (Cospas), una de las prestadoras del servicio, habilitó pozos existentes en el área urbana, que estaban sellados, de donde traslada agua «cruda» a la planta de tratamiento, pero esto no abastece a una población que supera los 50 mil habitantes.
“Antiguamente, se aprovisionaba de agua a través de estos pozos semiprofundos ubicados en el área urbana, pero estos pozos ya se sellaron porque ya teníamos la represa, entonces, lo que están haciendo es quitarle los sellos para repartir agua”, explicó el dirigente.
Pese a estos intentos de abastecer con agua a la población mientras se soluciona el problema o hasta que lleguen las lluvias y se vuelva a juntar agua en la laguna, las personas, en su desesperación, optaron por destapar norias y pauros.
“Estamos tomando agua de las viejas norias, que están cerca de los pozos ciegos, llenas de heces, es alarmante lo que vivimos acá en Ascensión”, señaló el dirigente.