Botar los residuos sólidos domiciliarios en las calles se ha vuelto casi una rutina en algunas zonas de la ciudad, pero también es cada vez más común que los infractores sean identificados y multados por la Empresa Municipal de Servicios de Aseo (EMSA).
La multa por botar basura en la calle es 100 bolivianos la primera vez, 250 por reincidir y 2.060 la tercera.
El gerente de EMSA, Jorge Zambrana, dijo que los pobladores no terminan de asimilar las consecuencias de los microbasurales, aunque ya son siete meses desde que se comenzaron a aplicar las multas.
“Botar la basura en la calle está tipificado como un daño al medioambiente, el infractor viene con la papeleta, se le extiende una factura por el monto sancionado y es lógico que los multados insulten, griten y pataleen”, dijo Zambrana.
Una vecina que fue multada manifestó: “El carro pasa rápido, fui por otra bolsa y mientras entré a mi casa ya me habían dejado mi multa. El basurero se fue”.
Para la dueña de una casa que está cerca de un microbasural, la norma es más que justa, porque está cansada de barrer tanto desperdicio. Además, cuestiona a EMSA por el cobro elevado del recojo de basura.
Según Zambrana, el cobro de la tasa de aseo que está incluida en la factura de luz “sólo representa el costo del recorrido del carro recolector, inclusive no llega a cubrir el consumo de diésel, desgaste, el chofer y dos ayudantes”.
El gerente aclaró que la limpieza y barrido de las vías se realiza mediante un contrato con el municipio.
“Nosotros cobramos por el barrido de ciertas calles y avenidas principales que el municipio define cuáles son, pero no se tiene que entender como la tasa de aseo que se paga con la luz, que incluya el barrido de vías”, explicó.
El peligro de los microbasurales, según sostiene, es un atentado contra uno mismo. Indicó que, en los barrios de la zona norte, como San Andrés y otros, los vecinos esperan al carro recolector, pero en el centro de la ciudad ocurre lo contrario, por lo que se forman muchos microbasurales.
“Los peores están a lo largo de la OTB Portales, las avenidas Pando, América, Circunvalación, Ramón Rivero y en la misma puerta de la Universidad Católica, la esquina que queda frente al Instituto Eduardo Laredo y todo el centro está lleno de microbasurales, no sólo en La Cancha”, dijo.
EMSA trabaja con Zoonosis
El jefe de la división de Zoonosis, Diego Prudencio, mencionó que trabajan junto a EMSA desde hace mucho.
Explicó que la basura dejada en bolsas tienta a los canes, ya que las destrozan
y defecan sobre ellas.
Según Prudencio, la forma de evitar esta situación es que los vecinos denuncien a los que dejan en libertad a sus mascotas y no levantan sus deshechos, como en otros países.
“En el centro, en las zonas residenciales y el norte de la ciudad sueltan a sus perros para que defequen, ahora hay una ley y debe ser aplicada para sancionar a los dueños”, manifestó.