Pese a la victoria de su contrincante, el actual mandatario no reconoció la derrota ni se pronunció publicamente. Cuál será su papel en la futura oposición.
La victoria de Luiz Inacio Lula da Silva en el balotaje de este domingo en Brasil marcó un hecho inédito desde la recuperación de la democracia brasileña. Jair Bolsonaro se convirtió en el primer presidente en perder las elecciones en su intento de reelección.
Antes que él, lo buscaron con éxito Fernando Henrique Cardoso, el mismo Lula y Dilma Rousseff. José Sarney fue el único de los demás mandatarios que terminó su período tras el fin de la dictadura en 1985, pero no optó por un nuevo mandato. Fernando Collor de Mello renunció poco antes de ser destituido y fue reemplazado por Itamar Franco. En tanto, Michel Temer asumió tras la destitución de Rousseff.
Franco y Temer tampoco buscaron la reelección.
Cómo reaccionó Jair Bolsonaro tras el triunfo de Lula en el balotaje
Tras el triunfo de Lula, Bolsonaro decidió recluirse en compañía de su círculo familiar. Según el diario OGlobo, no quiso recibir a nadie. Ministros y diputados intentaron visitarlo el domingo por la noche, pero sus allegados informaron que no quería ver a ningún dirigente ni funcionario, ni siquiera a sus aliados más próximos.
Bolsonaro perdió las elecciones, pero no quedó fuera del escenario político brasileño. Aun cuando no se conoce qué postura tomará en el período de transición que se abre hasta el 31 de diciembre, cuando termine su mandato, el presidente saliente de ninguna manera saldrá de la escena política.
Incluso, Folha de San Pablo escribió que su derrota electoral no significa su fracaso en términos políticos. “El presidente salió fortalecido y ya es automáticamente considerado precandidato a la sucesión de Lula en 2026″, indicó el influyente periódico paulista.
El actual mandatario realizó una muy buena elección, más allá de la derrota por 1,8 puntos tras remontar una desventaja que las encuestas situaban en hasta 14 puntos pocos días antes del primer turno. Peleó voto a voto por su fallida reelección.
Folha dijo que el balotaje significó además la “consolidación del bolsonarismo” como corriente política fundada por el ahora presidente saliente.
El “bolsonarismo” que viene: dominio del Congreso y liderazgo de la oposición
Por lo pronto, la ultraderecha que él representa tendrá una amplia influencia en el Congreso, donde tendrá un enorme peso en ambas cámaras y será una piedra en el zapato para el futuro gobierno de Lula. Será de hecho la primera minoría en Diputados. En el Senado, su Partido Liberal (PL) tendrá 14 escasos. En total, los partidos de derecha que fueron la base de su gobierno controlarán poco más de la mitad de la cámara alta.
Pero su influencia no será solo en el campo legislativo. La mayoría de los estados quedó en manos de candidatos de Bolsonaro. La derecha gobernará 13 de los 27 estados del país, entre ellos el rico San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais.
Pero este poder se extenderá hacia una importante base de electores que creen ciegamente en su polémica forma de gobernador, incluso en un importante sector fanatizado por su liderazgo y las ideas radicales que defiende. Además, dos de sus hijos son sus espadas parlamentarias: Flavio Bolsonaro en el Senado y Eduardo Bolsonaro en Diputados.
Otro de sus hijos, Carlos, ocupa una banca en el cámara municipal de Río de Janeiro.
En síntesis, el presidente saliente tiene hoy todo a su favor para liderar a la futura oposición. “El apoyo de una franja considerable de la población y del establishment político indica, más allá de este momento, Bolsonaro se afirma como el personaje inevitable del Brasil del siglo 21″, afirmó Folha.