El cáncer sigue siendo una de las enfermedades más difíciles de tratar debido a su acción destructiva en el organismo. Sin embargo, la medicina trabaja cada día para desarrollar una cura con la cual millones de personas puedan tener la oportunidad de superar este terrible mal.
En ese sentido, un equipo de investigadores de la Stanford Medicine han sido noticia en el mundo científico estos días tras haber creado un pequeño implante cerebral inalámbrico, al cual han dotado con nanopartículas calentables que se encargan de atacar los tumores cerebrales; todos esto sin requerir de anestesia, quimioterapia o radiación.
Cabe mencionar que el dispositivo ya ha sido probado en ratones de forma eficaz, aunque su implementación en humanos tendrá que esperar un tiempo más.
El tratamiento fototérmico es un método que ya ha sido usado en el pasado para atacar la presencia del cáncer en el cerebro, aunque esto requería una operación a cráneo abierto para exponer el tumor a una fuente de luz, haciendo de este un procedimiento complejo y muy invasivo.
Ahora, con este implante por control remoto, esto ha cambiado, ya que está diseñado para implantarse entre la piel y el cráneo. Una vez hecho esto las nanopartículas de oro que se encuentran en su interior son inyectadas en el tumor mediante un pequeño orificio en el cráneo. Después, un interruptor es pulsado, de manera que se emite una luz infrarroja, la cual posee una potencia que penetra el tejido cerebral y activa las nanopartículas; todo esto a una temperatura lo suficientemente alta para eliminar el celular cancerosas, pero sin producir daños en el tejido cerebral circundante.
Durante la fase de prueba, los científicos encargados del proyecto implantaron la tecnología en el cráneo de ratones con cáncer cerebral, los cuales fueron sometidos a un tratamiento con ráfaga fototérmica por un periodo de 15 minutos durante 15 días.
Transcurrido este tiempo se obtuvieron resultados donde se evidenció que los ratones tratados habían sobrevivido una media de entre dos y tres veces más respecto a otro grupo de ratones no tratados.
Además, al combinar el tratamiento fototérmico con quimioterapia, el tiempo de vida de los ratones se incrementó notablemente.
Aun así, los científicos consideran que resulta difícil entender el efecto que podría producir este tratamiento al aplicarse en un humano, puesto que este tiene una duración de vida diferente, la cual puede reducirse drásticamente al detectarse la presencia de cánceres agresivos como el glioblastoma.
Pese a esto, la investigación vislumbra avances prometedores que los acercan hacia ese objetivo.