- Ningún consumo de alcohol es seguro y dejarlo no es sencillo.
- Los expertos llevan años diciéndolo: ningún consumo de alcohol es seguro. Se trata de una sustancia claramente dañina para nuestro organismo, por lo que lo mejor que podríamos hacer para nuestra salud es evitar por completo beberla.
Sin embargo, el alcohol tiene un lugar destacado en las culturas occidentales y forma parte del ocio y situaciones sociales de muchísimas personas, por lo que esto puede no ser tarea fácil. Aún así, hay formas efectivas de abandonar, o al menos reducir, nuestro consumo de alcohol.
La importancia de las campañas de sensibilización
Un estudio llevado a cabo por investigadores australianos y publicado en la revista científica Addictive Behaviors parece haber dado con un buen método para ello.
En realidad, estos autores estaban estudiando la eficacia de las campañas de concienciación frente al alcohol, y cuál es la mejor manera de que se traduzcan en un menor consumo por parte de la población.
Al nivel estadística al que abordan la cuestión, concluyen que la mejor estrategia es una combinación de mensajes sobre por qué es beneficioso consumir menos alcohol (y especialmente aquellos que hacen alusión a patologías como el cáncer, cuyo riesgo se ve aumentado en función de la dosis de alcohol consumida de manera habitual) y sobre cómo reducirlo.
Contar las bebidas
Y es que, teniendo en cuenta que los resultados del estudio van ligados a la emisión de mensajes públicos, hallaron que aquellos mensajes que conminaban al receptor a llevar una cuenta de su consumo de alcohol eran los más efectivos (especialmente, como decíamos, acompañados de otros que subrayasen las razones para dejar el alcohol).
Concretamente, los autores tomaron una muestra de 8.000 adultos, que recibieron ciertos mensajes (un grupo, únicamente los mensajes sobre por qué es beneficioso consumir menos alcohol; otro, únicamente los que invitaban a contar las bebidas como medida de reducción; y un tercero, los dos mensajes en combinación) y de este modo comprobaron que quienes estaban expuestos a ambos tipos de mensajes tenían más probabilidades de monitorizar su consumo y, finalmente, reducirlo.