Silencio. Mientras Evo Morales denuncia, se queja y pide el cambio de Luis Arce, el Presidente continúa en sus actividades y evita responder al jefe de su partido.
Desde la región de Chapare, Morales realiza continuas denuncias de corrupción, protección al narcotráfico, “plan negro” en su contra, “conspiración” de la derecha y otros temas en conferencia de prensa, en su programa dominical en radio Kawsachun Coca y mediante su cuenta de Twitter.
Una vez, Morales en un acto conjunto se quejó de que Bolivia TV (la televisora estatal) le cortaba sus intervenciones y el Mandatario le informó que eso ocurre con todas las transmisiones en uno de los canales digitales mientras en el otro se difunden los actos de manera íntegra.
Fue la primera y única vez que Arce encaró a su jefe, después continuó entregando obras, participando de reuniones con sectores sociales, bailando, tuiteando y ni una respuesta al líder del MAS, considerado ahora como el principal opositor a su gobierno.
Evo Morales denunció que policías encubrían actividades de narcotráfico en el Chapare y responsabilizó a Eduardo Del Castillo, ministro de Gobierno.
Desde ese ministerio impulsaron una investigación y el caso “narcoaudios” que se encuentra en la Fiscalía no registra mayores avances.
El entorno de Morales denunció corrupción en la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) e implicó a su presidente Henry Nina y al ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño.
El caso está en la Fiscalía y existe una investigación abierta pero Nina como Montaño continúan en funciones.
Morales denunció que existe un “plan negro” en su contra pero fue desmentido por los ministros Edmundo Novillo e Iván Lima.
Después denunció que Lima filtró el informe de la CIDH que responsabiliza al exmandatario por las ejecuciones y torturas en el hotel Las Américas en 2009 en un intento por “neutralizar” a la entonces llamada “media luna”.
El ministro de Justicia respondió a Morales y lo desmintió, y el fin de semana dedicó varios tuits (que luego borró) para poner en evidencia que el jefe de su partido mentía en al menos dos datos que ofreció en su programa radial de los domingos.
Son los ministros de Arce, diputados “renovadores” y funcionarios quienes responden a los ataques de éste o de su entorno, pero el Mandatario guarda silencio como una estrategia que hasta ahora le ha funcionado.
Además no ha cedido a los pedidos de su jefe y de los afines a éste de cambiar a al menos seis ministros que supuestamente serían “infiltrados” de la derecha. Al único “crítico” a Morales que cambió fue al viceministro Freddy Bobaryn y puso en su lugar a Gustavo Torrico.
El diputado Rolando Cuéllar fue echado del MAS y horas después se reunió con el Jefe de Estado y continúa defendiendo su gobierno y a David Choquehuanca.
Según las encuestas difundidas hasta ahora, la gestión de Arce es aprobada al igual que su imagen.
La encuesta de Diagnosis, por ejemplo, señala que la aprobación del Presidente pasó del 36 %, en junio, al 47 % (en septiembre) y una de las razones sería la estabilidad económica. (Brújula Digital).
Pie de foto:
Foto: APG
Una vez, Morales en un acto conjunto se quejó de que Bolivia TV (la televisora estatal) le cortaba sus intervenciones y el Mandatario le informó que eso ocurre con todas las transmisiones en uno de los canales digitales mientras en el otro se difunden los actos de manera íntegra.
Fue la primera y única vez que Arce encaró a su jefe, después continuó entregando obras, participando de reuniones con sectores sociales, bailando, tuiteando y ni una respuesta al líder del MAS, considerado ahora como el principal opositor a su gobierno.
Evo Morales denunció que policías encubrían actividades de narcotráfico en el Chapare y responsabilizó a Eduardo Del Castillo, ministro de Gobierno.
Desde ese ministerio impulsaron una investigación y el caso “narcoaudios” que se encuentra en la Fiscalía no registra mayores avances.
El entorno de Morales denunció corrupción en la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) e implicó a su presidente Henry Nina y al ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño.
El caso está en la Fiscalía y existe una investigación abierta pero Nina como Montaño continúan en funciones.
Morales denunció que existe un “plan negro” en su contra pero fue desmentido por los ministros Edmundo Novillo e Iván Lima.
Después denunció que Lima filtró el informe de la CIDH que responsabiliza al exmandatario por las ejecuciones y torturas en el hotel Las Américas en 2009 en un intento por “neutralizar” a la entonces llamada “media luna”.
El ministro de Justicia respondió a Morales y lo desmintió, y el fin de semana dedicó varios tuits (que luego borró) para poner en evidencia que el jefe de su partido mentía en al menos dos datos que ofreció en su programa radial de los domingos.
Son los ministros de Arce, diputados “renovadores” y funcionarios quienes responden a los ataques de éste o de su entorno, pero el Mandatario guarda silencio como una estrategia que hasta ahora le ha funcionado.
Además no ha cedido a los pedidos de su jefe y de los afines a éste de cambiar a al menos seis ministros que supuestamente serían “infiltrados” de la derecha. Al único “crítico” a Morales que cambió fue al viceministro Freddy Bobaryn y puso en su lugar a Gustavo Torrico.
El diputado Rolando Cuéllar fue echado del MAS y horas después se reunió con el Jefe de Estado y continúa defendiendo su gobierno y a David Choquehuanca.
Según las encuestas difundidas hasta ahora, la gestión de Arce es aprobada al igual que su imagen.
La encuesta de Diagnosis, por ejemplo, señala que la aprobación del Presidente pasó del 36 %, en junio, al 47 % (en septiembre) y una de las razones sería la estabilidad económica. (Brújula Digital).
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Foto: APG