La caída de la producción de gas natural en Bolivia dio lugar a la necesidad de reducir este año los envíos a Brasil con la finalidad de aumentar las ventas a Argentina y obtener el máximo provecho de los elevados precios.
Mientras Bolivia se ve obligada a establecer estrategias comerciales que reduzcan el impacto de la caída de la producción, Argentina, con un notable incremento en su oferta de gas, retomó a inicios de junio sus envíos a Chile.
Según analistas, Bolivia no solamente tiene el problema de la falta de gas, sino que padece de una visión internacional miope que le dificulta la concreción de nuevas oportunidades de negocio en materia hidrocarburífera.
El 10 de junio, en el marco de la IX Cumbre de las Américas celebrada en Estados Unidos, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, sostuvo una reunión bilateral con su par de Chile, Gabriel Boric, en la que se dio luz verde a las exportaciones de gas.
Además, acordaron continuar con los trabajos que permitirán rehabilitación del Oleoducto Trasandino para principios 2023, el cual permitirá mejorar la eficiencia logística para el transporte de crudo desde Vaca Muerta a Chile.
Al respecto, el analista en hidrocarburos José Padilla dijo que este escenario tiene que ver con la forma en la que Bolivia manejó su política hidrocarburífera, misma que —en su criterio— ha sido contraria a la de países vecinos como Argentina, que no dejó de apostar por la inversión privada para aumentar reservas.
“Esto demuestra una vez más la falta de visión del país en lo que significa aumentar reservas de hidrocarburos”, dijo.
Además, Padilla identifica una especie de miopía en el manejo de la política internacional que resta oportunidades de integración y desarrollo. Recordó la decisión del Gobierno boliviano de “no vender ni una molécula de gas a Chile” en 2004, “una medida completamente absurda porque aquí no es cuestión de enemigos sino de integración económica”.
“Lo que tiene que ver Bolivia es siempre estar bien con sus vecinos para buscar ventajas y beneficios de ida y vuelta, entonces creo que las oportunidades se pierden cuando hay una miopía política”, agregó el analista.
Asimismo, Padilla considera que esa miopía continúa en la actualidad, con medidas asumidas en la gestión de Luis Arce Catacora, como la decisión de reducir más del 20 por ciento de los envíos de gas a Brasil para destinarlos a Argentina con la finalidad de obtener mayores ingresos, pero con la desventaja de incumplir al mejor cliente.
“Mientras Bolivia se va quedando sin gas y, al parecer, el hijo de Arce anda rifando el litio con los rusos, Argentina y Chile hablan de negocios. La falta de visión de este Gobierno ya es preocupante”, dijo Espinoza a través de su cuenta de Twitter.
Escaso gas
El analista energético Francesco Zaratti indicó que el problema de Bolivia es que no tiene gas a consecuencia de la falta de exploración durante los últimos 15 años, mientras que Argentina posee abundante gas proveniente del yacimiento Vaca Muerta, además de gasoductos y oleoductos que le permiten llegar a Chile.
“Hablar de nuevos mercados para Bolivia en este momento es totalmente absurdo, a menos que Argentina deje de comprarnos y tengamos que buscar distribuidores en Brasil. Esto es el gran problema que tenemos y la causa de este problema la conocemos muy bien: es la falta de exploración durante 15 años que nos ha dejado con las reservas estrujadas, con los campos megacampos estrujados, así que en poco tiempo tal vez se pondrá en duda la posibilidad de seguir teniendo mercados externos”, manifestó Zaratti.