Ejemplos de superación: abuelos de hasta 90 años aprenden a leer y escribir

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Las capacitaciones se dan en horarios flexibles y se acomodan a los tiempos de los participantes. Los estudiantes aprenden desde lo básico, como sostener un lápiz. Hacen prácticas y muchas tareas.

Felisa dice que le cuesta mucho avanzar en sus estudios porque debe dividir su tiempo entre atender al ganado, realizar sus tejidos, cocinar y atender a sus nietos. Pero, pese al cansancio, no se rinde.

“Nunca he pisado una escuela porque cuando era niña mis papás no tenían dinero. Ahora, decidí inscribirme. Me costó agarrar un lápiz por los callos que tengo en las manos”, cuenta Felisa y dice que está orgullosa de formar parte del Programa de Alfabetización del Punto de la Unidad Educativa Eduardo Avaroa, en la comunidad Catacora del altiplano paceño.

$!Adultos mayores de la comunidad de Catacora de La Paz.

Al igual que Felisa, más de 30 adultos de entre 50 y 90 años son participantes en los cursos de alfabetización y postalfabetización que se enseñan en esa localidad que se encuentra al pie del cerro Calvario.

Para este programa, los facilitadores aplican diferentes estrategias para enseñar a leer y escribir a los adultos mayores.

La responsable departamental del programa de Post Alfabetización de La Paz, Judith Aliaga, explica que en todo el departamento existen al menos 2.000 facilitadores entre maestros, profesionales libres y estudiantes de las Escuelas Superiores y las Universidades Indígenas Bolivianas (Unibol). Ellos se encargan de hacer el proceso de alfabetización porque son los primeros en detectar a los que no pudieron culminar sus estudios.

“El programa de alfabetización y postalfabetización es parte de la educación alternativa que se dispone de acuerdo con las necesidades de los adultos”, dice Aliaga y comenta que esas personas no entraron a la escuela por factores políticos, culturales y sociales.

Según Aliaga, lo interesante de estos cursos es que el facilitador coordina con los participantes el horario; no es un tiempo fijo y puede cambiar de acuerdo con el ritmo de los estudiantes.

$!Felisa sostiene el lápiz pararealizar su tarea.

Es lo que hace Rubén Díaz, profesor y facilitador de la unidad educativa Eduardo Avaroa, quien buscó el horario más adecuado para dar clases de lectura y escritura a los abuelos de sus estudiantes de primaria. “Apenas se sacan un par de horas, entre sus actividades diarias y vienen desde comunidades alejadas”, asegura.

Delfina Machicado, de 63 años, sabe que cada martes y jueves debe apurarse en sus tareas cotidianas para salir de su casa una hora antes y así llegar al punto donde pasa clases. Cuenta que primero se inscribió al programa de alfabetización y luego su interés aumentó por lo que ahora cursa postalfabetización. “El profesor tiene paciencia, nos enseña muy bien. Ahora ya sé escribir”, dice emocionada.

Celso Churata, de 80 años, es el compañero de curso de Delfina. “Yo estudié hasta tercero de primaria, dejé la escuela muy niño y ahora me olvidé. Ahora estoy recordando”, asegura y segundos después se pone a leer un libro en clases. “Completamos la secuencia de números. Ya sé leer. A mí me gusta la lectura de matemáticas”, comenta.

$!Adultos mayores aprenden a leer con una tablet en Palcoco

En la unidad educativa Boliviano Japonés, que se encuentra en el municipio de Palcoco, varios adultos mayores también realizan las mismas actividades.

“Mi hija me ha animado. Ella me ha dicho ‘puedes pasar clases’. Le hice caso, pero es difícil aprender porque en vez de hacer letras pequeñas, dibujo grandes. Por eso estoy practicando en las noches, cuando termino de hacer las cosas, recién hago tareas con mi hija”, comenta Teodora Poma, de 55 años.

En 2008, Bolivia registró una tasa de analfabetismo del 3,77%. Por eso, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) declaró al país libre de analfabetismo. Desde entonces “se realizan diferentes actividades para reducir esa tasa”, explica el director del Programa de Post Alfabetización, Ramiro Tolaba, y destaca que la tasa de analfabetismo llegó al 2,68%.

Es importante que ese índice se reduzca aún más, por eso se realizan todas las capacitaciones, explica Aliaga, la responsable departamental del programa de Post Alfabetización de La Paz. “Aunque nunca habrá un 0% de analfabetismo”, añade.

Indica que cuando la persona es alfabetizada, se impulsa el hábito de la lectura para que “no se convierta en analfabeto funcional”.

$!Don Celso decidió aprender a leer y escribir.

Para este fin, el programa entrega a los participantes, de forma gratuita, textos y cartillas; también impulsa el uso de libros de la biblioteca comunitaria. “Tenemos material de lectura, escritura y razonamiento básico”, añade.

“A mí me gusta pasar clases. Aún no puedo leer ni escribir bien porque no sé dónde se pone el punto y la coma”, dice un adulto mayor que tiene el sueño de ser un líder en su comunidad. La mayoría de los participantes buscan aprender a leer o escribir porque buscan ser líderes, ayudar a sus nietos en sus tareas o hacer comercio.

Según Aliaga, muchos participantes concluyen la alfabetización y la postalfabetización (primaria). “Algunos incluso pasan a los Centros de Educación de Adultos (CEA) y hasta llegan a ser profesionales, comúnmente maestros”, explica. Felisa tiene un sueño parecido, pero ahora su meta es escribir las letras del abecedario y espera algún día leer de corrido un texto.

“Mi hijita está en la escuela, ella me trajo para que yo pueda aprender a leer y escribir y estoy alegre”.
Teodora Poma , de 55 años

Tres municipios de La Paz con mayor tasa de analfabetismo

$!46.000 personasfueron alfabetizadasdurante13 años.

Achacachi, Puerto Acosta y Escoma son los municipios del departamento de La Paz que tienen una tasa de hasta 8% de analfabetismo.

La responsable del Programa de Post Alfabetización dependiente del Ministerio de Educación, Judith Aliaga, explica que los tres municipios “tienen una alta tasa de analfabetismo de más de 8%”.

Aliaga dice que eso se debe a la migración de la población. “Esto ocurre debido a que la mayoría del tiempo pasan en otro lugar y sólo para algunas actividades o el censo llegan a esos pueblos. Se quedan poco tiempo”, dice.

Contrariamente a esos municipios están los que tienen la más baja tasa, porque éstos no llegan ni al 1%. “Entre ellos están San Buenaventura, Irupana e Ixiamas”, explica.

Según los registros, en el municipio de La Paz, 46.000 personas fueron alfabetizadas en 13 años. “Actualmente la tasa de analfabetismo llega a 2,88%”, explica Aliaga.

Los maestros cuentan con diferentes estrategias para poder captar la atención de los adultos mayores.

El profesor Exequiel, de la Unidad Educativa Boliviano Japonés, del municipio de Palcoco, cuenta que él usa las nuevas tecnologías para captar la atención de los participantes.

“Algunos papás no quieren pasar clases, por eso ahora usamos tablets y ahí descargo aplicaciones que enseñan a leer y escribir. Con eso, ellos ven, escuchan y se motivan en querer aprender más”, dice el maestro.

Ema Gómez, de 47 años, está entusiasmada con esa forma de aprendizaje. “Aquí sale la figura de una camiseta y yo tengo que buscar qué letra (sílaba) falta para completar. Me gusta”, comenta.

La mujer explica que aunque ella ingresó hasta tercero de primaria de niña, todavía no sabe redactar una carta. “Es que no sé dónde poner el acento, punto, coma y el punto aparte. Eso me falta, eso quiero aprender”, añade.

El profesor Gualberto Corazón Mamani explica que busca a los participantes en sus casas. “Ellos tienen muchas actividades, como la crianza de camélidos y cosechas, entre otras tareas”, manifiesta y cuenta que por eso, él suele ir a buscar a los adultos mayores. “Aunque la mayoría va a la unidad educativa para pasar clases”, añade.

El maestro explica que muchos de sus alumnos tienen entre 80 y 90 años, entonces no pueden desplazarse por mucho tiempo. “La gran satisfacción que tenemos es al terminar las clases y que ellos nos digan: ‘gracias’, ‘me abriste los ojos con este aprendizaje’”, relata.

La pedagoga del programa de postalfabetización, Lourdes Laura, explica que en ese punto hay 100 inscritos, pese a que no tienen tiempo o creen que por ser mayores ya no podrán aprender o porque son criticados por sus vecinos.


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